¿Qué santo se celebra hoy, 30 de diciembre? Todo lo que debes saber del santoral de hoy

En el santoral de hoy, 30 de diciembre, se conmemora a varios santos y santas que han dejado una huella en la historia de la cristiandad. Entre ellos Santa Anisia mártir, San Anisio de Tesalónica, San Egvino de Worcester, San Exuperancio diácono, San Félix I papa, San Geremaro de Flay, San Hermetes de Bononia, San Jocundo obispo, San Lorenzo de Fraxanone, San Perpetuo obispo, San Rainerio de Vestinos, San Rogerio obispo, San Venustiano mártir, Beata Eugenia Rivasco, Beato Juan María Boccardo, Beata Margarita Colonna y Beato Radulfo abad.

Aunque es el día en el que se conmemora la vida y obra de todos estos santos y beatos, desde el periódico LA RAZÓN conmemoramos la traslación de Santiago Apóstol. Según la tradición, después de ser martirizado y decapitado en Jerusalén, el cuerpo de Santiago Apóstol fue llevado a Galicia; una creencia que dio lugar a la peregrinación del Camino de Santiago.

¿Por qué celebramos la traslación de Santiago Apóstol?

Hablamos de Santiago "el mayor" para distinguirlo del otro apóstol de mismo nombre. También es conocido como Santiago de Zebedeo, que es el nombre su padre. Era hermano de San Juan Evangelista, otro de los 12 apóstoles y autor del cuarto Evangelio. Ambos eran pescadores en el mar de Galilea, y fue allí donde se convirtieron en discípulos de Jesús.

Santiago y Juan tuvieron un papel muy relevante entre los discípulos, ya que, según el Nuevo Testamento, estuvieron presentes en los momentos más importantes de la vida pública de Jesucristo, como la resurrección de la hija de Jairo, la transfiguración y la oración en el huerto de Getsemaní.

Tras la crucifixión, los apóstoles se repartieron el mundo para difundir la nueva fe. Según la tradición popular, Santiago "el mayor" fue enviado al "fin del mundo" o "finis terre", lo que entonces se conocía como Hispania. La leyenda cuenta que participó en algunos milagros durante su viaje a y por la Península Ibérica, como la aparición de la Virgen sobre una columna de jaspe en Cesar Augusta (Zaragoza), lo que dio lugar a la veneración mariana de la Virgen del Pilar.

Después de pasar un tiempo predicando en la Península, se cuenta que Santiago regresó a Palestina, donde fue decapitado en el año 44, once años después de la crucifixión de Jesús. Su muerte fue ordenada por Herodes Agripa II, quien buscaba frenar el rápido crecimiento del cristianismo. Tras su martirio, unos supuestos seguidores del apóstol llevaron su cuerpo de vuelta a la Península Ibérica, guiados por un ángel hasta las costas de Galicia; evento que hoy conmemoramos.

En el siglo IX, los reyes de Asturias comenzaron a difundir el milagro de la reaparición de la tumba del apóstol, marcada por el brillo de una estrella (de ahí el nombre Compostela, Campus Stelae). De esta manera, la figura del apóstol legitimaría sus aspiraciones de reconstruir el antiguo reino visigodo. En varias ocasiones, se dice que el santo apareció en defensa de la cristiandad durante la Reconquista, siempre montado en un caballo blanco y con una espada en la mano (de ahí el nombre de "Santiago Matamoros"). Sobre la supuesta tumba del apóstol, se construyó la Catedral de Santiago de Compostela. Hoy en día, el Camino de Santiago es una de las rutas de peregrinación más transitadas del mundo.

¿Por qué celebramos el santoral?

El santoral católico es un compendio que reúne los nombres de los santos y beatos que la Iglesia Católica celebra oficialmente en días específicos a lo largo del año. Cada día del calendario litúrgico está asociado con uno o más de estos personajes sagrados, que son conmemorados durante las misas y son objeto de las oraciones de los fieles. Esta tradición de celebrar y honrar la vida de los santos tiene sus raíces en los primeros siglos del cristianismo. Durante este periodo, se empezó a venerar a los mártires y otros individuos que se destacaron como ejemplos a seguir debido a la forma en que vivieron y su testimonio de fe.

Estas celebraciones son mucho más que simples recordatorios. Son momentos de reflexión y conexión con los principios y valores que estos personajes representan. Los santos y beatos, con sus vidas y sus actos, nos muestran cómo mantenernos fieles a nuestros principios, incluso en tiempos de persecución y adversidad. Nos enseñan, a través de sus experiencias, que siempre podemos encontrar la fortaleza para mantenernos fieles a nuestras creencias.

Además, el santoral puede ser un recurso de gran valor para profundizar en la historia de la Iglesia y el cristianismo, y para encontrar inspiración en la vida y las enseñanzas de los santos. Al conectar con estas figuras históricas, los fieles pueden encontrar guía y fortaleza para sus propias vidas, al mismo tiempo que honran el legado de estos individuos ejemplares.