Santoral
¿Qué santo se celebra hoy, 8 de septiembre? Esto es lo que debes saber del santoral de la Iglesia Católica
Hoy se conmemora la figura de San Isaac de Armenia, que reformó la liturgia, fortaleció la disciplina clerical, y se enfrentó a la influencia del paganismo, que aún persistía en ciertas regiones de Armenia
El santoral, también conocido como calendario litúrgico, es un libro religioso que contiene la lista de los santos reconocidos por la Iglesia Católica y que se celebra cada día del año. Más allá de una simple lista de nombres, el santoral representa un viaje fascinante a través de la fe, la historia y la cultura cristiana.
¿Qué santos se celebran hoy domingo 8 de septiembre?
- Natividad de la Virgen María: Esta es una de las festividades más importantes del calendario litúrgico católico, ya que conmemora el nacimiento de la Virgen María, la madre de Jesucristo. Esta festividad tiene una gran relevancia en muchos países de tradición cristiana.
- San Sergio I: Papa del siglo VII, defendió la fe y el dogma católico durante su pontificado. Es recordado por haber convocado el Concilio de Constantinopla y por su dedicación a la unidad de la Iglesia.
- San Adela de Pfalzel: Fue una abadesa benedictina en el siglo VII, conocida por su piedad y sus contribuciones al monasterio de Pfalzel en Alemania.
San Isaac de Armenia: Vida y pontificado
San Isaac de Armenia, conocido también como Sahak Partev, nació en el año 354 en una familia noble armenia que descendía de San Gregorio el Iluminador, el santo que convirtió a Armenia al cristianismo. Isaac fue enviado a Constantinopla para recibir una educación teológica y humanística, lo que le proporcionó una sólida formación religiosa y cultural.
En el año 390, fue nombrado Catholicos (patriarca) de Armenia, una posición clave para el cristianismo armenio. Bajo su liderazgo, se dedicó a consolidar la fe cristiana en el país, que había adoptado el cristianismo como religión oficial en el siglo IV. Isaac reformó la liturgia, fortaleció la disciplina clerical, y se enfrentó a la influencia del paganismo, que aún persistía en ciertas regiones de Armenia.
Uno de los logros más significativos de su pontificado fue la traducción de la Biblia al armenio. Este proyecto se inició junto al monje Mesrob Mashtots, quien creó el alfabeto armenio para permitir la traducción de las Escrituras. Este esfuerzo no solo fue un logro religioso, sino también cultural, pues permitió la preservación de la lengua y la identidad nacional armenia.
Canonización y legado
San Isaac es venerado en la Iglesia Apostólica Armenia como uno de los principales santos. Tras su muerte, fue canonizado por su incansable labor de consolidación de la Iglesia Armenia y por su importante contribución a la cristianización del país. Además de su participación en la traducción de la Biblia, también escribió obras litúrgicas y teológicas que contribuyeron al desarrollo espiritual de su iglesia.
Su canonización no solo lo elevó al estatus de santo en Armenia, sino que su nombre es recordado en toda la cristiandad oriental. Es venerado como un protector del cristianismo armenio y un defensor de la cultura y lengua armenias frente a las amenazas externas, especialmente por su lucha contra la dominación persa y el zoroastrismo.
El alfabeto armenio, que ayudó a consolidar, fue fundamental para preservar la identidad nacional y religiosa armenia a lo largo de los siglos. San Isaac sigue siendo una figura central en la historia de la Iglesia Armenia y su festividad se celebra cada año, generalmente el 8 de septiembre.
Exilio y muerte
Durante el periodo de su pontificado, Armenia se encontraba bajo la presión de los imperios vecinos, especialmente del Imperio Sasánida de Persia, que intentaba imponer el zoroastrismo en la región. En respuesta a su resistencia a estas presiones y su firme defensa del cristianismo, San Isaac fue destituido de su cargo en varias ocasiones. El rey persa trató de debilitar la influencia del cristianismo en Armenia y, como parte de esa estrategia, Isaac fue exiliado.
A pesar del exilio, San Isaac nunca dejó de trabajar por la Iglesia Armenia. Durante este tiempo, mantuvo correspondencia con los líderes cristianos de otros países y continuó su labor teológica. Regresó brevemente a su cargo como patriarca, pero sus últimos años estuvieron marcados por dificultades políticas y eclesiásticas.
Finalmente, San Isaac falleció alrededor del año 439. Aunque su vida estuvo llena de persecuciones y pruebas, su legado permaneció intacto. Fue enterrado en Armenia, y su memoria fue celebrada por la comunidad cristiana que él tanto defendió. A su muerte, la Iglesia Armenia perdió a uno de sus líderes más influyentes, pero su obra y su ejemplo siguen siendo una inspiración para la fe armenia hasta el día de hoy.
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