¿Qué santo se celebra hoy, lunes 25 de septiembre? Todo lo que debes saber del santoral de hoy

El santoral cristiano es el listado de santos y beatos que son honrados por los fieles en una fecha concreta. Estas efemérides se mantienen y se celebran, para que los católicos de todo el mundo mantengan el recuerdo de su sacrificio y para que su vida de rectitud sirva como referencia y guía moral para todos ellos. Dada la extensísima historia de la Iglesia Católica, es normal que haya más de una onomástica el mismo día.

Este lunes 25 de septiembre, se celebra la vida y obra de varios santos y beatos, incluyendo a San Anacario de Auxerre, San Cristóbal de La Guardia, San Ermenfredo de Cusance, San Eucarpo mártir, San Finbarro de Cloyne, San Principio de Soissons, San Sergio de Radonez, San Solemne de Chartres, Santa Tata mártir y Beato Marcos Criado. Desde el periódico LA RAZÓN destacamos la vida y la obra de San Cleofás:

¿Quién fue San Cleofás?

El nombre de Cleofás aparece dos veces en el Nuevo Testamento. Una primera vez en el Evangelio de San Lucas, donde se narra acerca de los dos discípulos que iban a Emaús en tras la crucifixión y una segunda en el de San Juan. En esta segunda ocasión, se cuenta que la María, la madre de Jesús, y María Magdalena estaban junto a la Cruz de Cristo y, con ella, "María, la mujer de Cleofás”.

No se puede tener la certeza de que ambas menciones se refieran a la misma persona, porque en aquella época, el nombre de Cleofás era bastante común. No obstante, sí que es bastante probable que las dos menciones se refieran a la misma persona, porque en ambas se habla de Cleofás como alguien muy conocido entre los discípulos.

El domingo posterior a la crucifixión, un grupo de mujeres quiso envolver el cuerpo de Jesús con lienzos y ponerle perfumes preciosos, como era costumbre entre los judíos. Sin embargo, cuando llegaron al sepulcro, este estaba vacío. Unos ángeles les avisaron de que Jesús había resucitado. Y las mujeres, llenas de alegría, corrieron a contarle la nueva a los discípulos. Pedro y Juan no podían creer lo que les estaban contando, así que fueron al sepulcro para no encontrarlo.

Dos seguidores de Cristo, uno de ellos llamado Cleofás, están al tanto de las noticias, pero no le dieron crédito y se fueron a Emaús, un pueblo cercano a Jerusalén. Mientras conversaban de todo lo que había pasado, Jesús se les acercó y empezó a caminar con ellos.

Jesús les preguntó de qué estaban hablando. Los dos discípulos se detuvieron y Cleofás, sin haberle reconocido, le dijo a Jesús: "¿Es él el único en Jerusalén que no sabe lo que ha sucedido en estos días?". Jesús siguió preguntando y ellos le respondieron: "Lo que le habían hecho a Jesús, el profeta de Nazaret. Para Dios y para la gente, Jesús hablaba y actuaba con mucho poder. Sin embargo, los sacerdotes principales y sus líderes lograron que los romanos lo mataran, clavándolo en una cruz".

Ellos esperaban que él fuera el libertador de Israel. Pero ya hacía tres días que había fallecido. Esta mañana, algunas mujeres de su grupo les dieron un gran susto. Fueron muy temprano a la tumba y les dijeron que no encontraron el cuerpo de Jesús. También les contaron que unos ángeles se les aparecieron y les dijeron que Jesús estaba vivo. Algunos hombres del grupo fueron a la tumba y encontraron todo tal como las mujeres habían dicho. Sin embargo, ellos tampoco vieron a Jesús.

Jesús les dijo: "¿Tan insensatos son ustedes, que no pueden entender? ¿Por qué son tan lentos para creer todo lo que enseñaron los profetas? ¿No sabían que el Mesías tenía que sufrir antes de subir al cielo para reinar?". Cuando se acercaron al pueblo de Emaús, Jesús se despidió de ellos. Pero los dos discípulos insistieron: "¡Quédate con nosotros! Ya es muy tarde, y pronto el camino estará oscuro". Jesús fue a la casa con ellos. Cuando se sentaron a comer, Jesús tomó el pan, dio gracias a Dios, lo partió y se lo dio a ellos. Entonces los dos discípulos pudieron reconocerlo, pero Jesús desapareció.

Los dos se dijeron: "¿No es verdad que, cuando él nos hablaba en el camino y nos explicaba la Biblia, sentíamos como que un fuego ardía en nuestros corazones?". En ese mismo momento, regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los once apóstoles, junto con los demás miembros del grupo. Los que estaban allí les dijeron: "¡Jesús resucitó! ¡Se le apareció a Pedro!" Los dos discípulos contaron al grupo todo lo que había sucedido en el camino a Emaús y cómo habían reconocido a Jesús cuando él partió el pan.