San Eustacio de Ancira, también conocido como Eustacio de Constantinopla, fue un obispo y mártir cristiano que vivió en los primeros siglos del cristianismo. Es venerado como santo en la Iglesia Católica y en la Iglesia Ortodoxa.

Eustacio nació en Ancira, una antigua ciudad de Galacia (hoy en día, parte de Turquía), alrededor del siglo II o III d.C. Fue un teólogo y líder religioso destacado en su época, llegando a ser obispo de la ciudad de Ancira.

Durante el reinado del emperador romano Juliano el Apóstata (mediados del siglo IV), se llevó a cabo una persecución contra los cristianos. En este contexto, San Eustacio fue arrestado y sometido a torturas y maltratos para que renunciara a su fe. Sin embargo, se mantuvo firme en su creencia en Jesucristo.

La tradición cuenta que, debido a su valiente testimonio y negativa a renunciar a su fe, San Eustacio fue condenado a muerte mediante la decapitación. Así, se convirtió en un mártir de la fe cristiana.

La memoria de San Eustacio de Ancira se celebra el 28 de julio de cada año.

Al igual que con muchos santos antiguos, es importante tener en cuenta que la información precisa sobre su vida puede ser difícil de establecer con certeza debido a la falta de fuentes históricas contemporáneas y a la posibilidad de que algunos elementos legendarios se mezclen con hechos históricos en las narrativas tradicionales.