Un alba XL para el Papa «made in Spain»

Les bastó una imagen del Papa de lejos para reconocerla. «Es un alba modelo Bogotá», asegura Conchita Rives, consagrada del Instituto Secular «Vita et Pax in Christo Jesu». Así es, la túnica blanca que llevaba el Papa Francisco bajo la casulla durante su primera misa en la Capilla Sixtina lleva el sello «made in Spain». En concreto, de Alboraya –sí, la cuna de la horchata valenciana–. Cinco mujeres se encargan de hacer realidad los patrones y ajustarlos a la silueta de cada sacerdote que pasa por la tienda Sorgente en Roma. Confeccionada en popelín, está bordada con vainicas hechas a mano con hilo de algodón en gris. El bordado va en la parte inferior del alba y en las mangas. Su precio oscila entre los 400 y los 782 euros si se multiplican los detalles. Un trabajo artesanal con una larga experiencia detrás. El Instituto Vida y Paz fue fundado por el sacerdote Navarro Cornelio Urtasun. Por un lado, las consagradas que lo integran se dedican a la atención de los inmigrantes y desfavorecidos. Por otro, respondiendo a la inquietud de Urtasun por la cultura, están al frente de las librerías Manantial –la más reconocida está en Piazza Navona– y también es la razón de ser del taller pionero en confección de ornamentos ubicado en Valencia. De hecho los diseños de Urtasun marcaran un cambio de ciclo, el que trajo consigo del boato a la sencillez que pedía el Concilio Vaticano II. Sin duda alguna, su cliente de referencia, aquel que puso el nombre de Sorgente en el mapa, fue Pablo VI. Su secretario, Pasquale Macchi, detuvo su mirada sobre estas obras de costura valencianas y renovó por completo la Sacristía Pontificia. De ahí que todas y cada una de las albas reciban el nombre de algún episodio de la vida de este Papa. Véase el modelo Vaticano II –el de más ornamentos que utilizaba Pablo VI para las grandes ocasiones como el Concilio–, mientras que el Bogotá hace referencia al viaje que hizo a Colombia en 1968. De la misma manera confeccionaron todos los ornamentos para la V Jornada Mundial de las Familias, en Valencia, que presidió Benedicto XVI en 2006. Aunque quizá la pieza más emotiva de la casa fue el alba con el que fue enterrado Juan Pablo II.

Ahora no hay cardenal que se precie que pase por Sorgente –manantial en italiano, su tienda en la Vía Mascherino de Roma–, que desemboca en la plaza de San Pedro– y no salga con un alba, una casulla, cíngulos, pectorales... Esta misma semana, el cardenal norteamericano Timothy Dolan hizo un encargo. ¿El motivo? Su sencillez y calidad. «Algunos sacerdotes vienen después de 20 y 30 años y nos dicen que están como nuevas», comenta Conchita. «Además, les gustan por nuestra sencillez, no tienen grandes adornos ni complejos diseños. Son sencillas», apostilla su compañera, María del Carmen, mientras enseña un alba como la del Papa Francisco. Lo cierto es que el ceremoniero de Benedicto XVI, Guido Marini, ha reducido las visitas a la tienda pues su gusto tiende más hacia la puntilla algo más recargada. Sin embargo, parece ser que en materia de vestimentas litúrgicas, el Pontífice argentino huye de los excesos. Y aunque las albas se tallan por números –del 1 al 7–, el hasta ahora cardenal Bergoglio encajaría en una XL «Sin embargo, queremos esperar a verle mejor para regalarle una personalmente. Lo hemos hecho con todos los papas y él no puede ser menos», comentan.

SENCILLEZ Y CALIDAD POR ENCARGO

Si por algo se caracterizan las piezas de Sorgente es por el cuidado con el que están elaboradas sus albas. A mano, confeccionadas en tergal o tervilor, la vainica suele estar cosida con hilos en tonos grises, como ésta que lució el Papa Francisco en la misa de inicio de su pontificado.