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Iglesia Católica

Una Iglesia feminista, ¿a la fuerza?

En la exhortación apostólica dirigida a los jóvenes, el Papa afirma que «será capaz de hacer suyos los reclamos de las mujeres, aunque no esté de acuerdo con todo lo que propongan algunos grupos».

El Papa Francisco, en una imagen de archivo
El Papa Francisco, en una imagen de archivolarazon

En la exhortación apostólica dirigida a los jóvenes, el Papa afirma que «será capaz de hacer suyos los reclamos de las mujeres, aunque no esté de acuerdo con todo lo que propongan algunos grupos».

El Sínodo sobre los jóvenes del pasado octubre terminó con un grito para que las nuevas generaciones tuvieran un papel más destacado en la Iglesia. Y ayer, el Papa respondió a esa petición con la exhortación apostólica «Christus vivit» (Cristo vive), en la que recoge las principales conclusiones de esa reunión. Se trata del sexto documento de su Pontificado y esta vez lo ha redactado de un modo espontáneo, en forma de carta y en español. Muy al estilo Francisco. Bergoglio quiso que tuviera un fuerte componente mariano, de ahí que pusiera su rúbrica final el 25 de marzo en el santuario italiano de la Virgen de Loreto. A María, el Papa la define como «la influencer de Dios». Y al resto de jóvenes los anima a que sigan su ejemplo porque «una Iglesia a la defensiva, que pierde la humildad y deja de escuchar, se convierte en un museo».

«¡Hagan lío!»

El documento es sobre todo una llamada a la acción para la juventud. Parafraseándose a sí mismo, Bergoglio le pide a los jóvenes que «¡hagan lío!». «¡Vivan! ¡Entréguense a lo mejor de la vida! ¡Abran la puerta de la jaula y salgan a volar! Por favor, no se jubilen antes de tiempo», añade. Tomando el ejemplo de Jesucristo, el Pontífice reclama que «no dejen que otros sean los protagonistas del cambio. Ustedes tienen el futuro».

«Más derechos femeninos»

Sólo gracias a esta valentía, los cristianos deben comprometerse en la defensa de los derechos de las mujeres, «que piden más justicia e igualdad», opina el Papa. En los últimos meses el Pontífice ha remarcado su mensaje femenino y en esta ocasión habla de «una larga trama de autoritarismo por parte de los varones, de sometimiento, de diversas formas de esclavitud, de abuso y de violencia machista». La Iglesia «será capaz de hacer suyos estos reclamos, aunque no esté de acuerdo con todo lo que propongan algunos grupos feministas», agrega. El texto no menciona, sin embargo, las peticiones para una mayor inclusión de la mujer en los órganos de decisión de la Iglesia, como pidieron las participantes en el Sínodo.

Luchar contra los abusos

«El Sínodo renueva su firme compromiso en la adopción de medidas rigurosas de prevención que impidan que se repitan» los abusos sexuales en el seno de la Iglesia, se lee, en tono más serio, en la exhortación. Francisco agradece, además, a «quienes han tenido la valentía de denunciar el mal sufrido» y pide colaboración a los jóvenes para que sean capaces de «recordar su compromiso con Dios» a los sacerdotes que «equivocan el rumbo».

«El sexo es un don de Dios»

El Papa define el sexo como una creación y «un don de Dios». «Nada de tabúes», dijo, aunque lo circunscribió al ámbito del matrimonio. El texto reconoce que «la moral sexual suele ser causa de incomprensión y alejamiento de la Iglesia, ya que se percibe como un espacio de juicio y condena». También advierte el deseo de los jóvenes de debatir sobre la homosexualidad, aunque no hay mención específica a este aspecto.

«La web: territorio de soledad»

En un mensaje dirigido a los jóvenes, Bergoglio reconoce que las redes sociales han creado un nuevo modo de comunicación, aunque alerta de sus peligros. «El ambiente digital también es un territorio de soledad, manipulación, explotación y violencia», advierte. Y menciona el «ciberacoso» o las «fake news» como nuevos males. «La inmersión en el mundo virtual ha propiciado una especie de migración digital; es decir, un distanciamiento de la familia y de los valores culturales y religiosos», llama la atención el Papa. El texto también incluye una fuerte condena al consumismo.

«Una Iglesia que llora»

De este modo, el Pontífice anima a la juventud a que se mantengan en contacto con la realidad. «No seamos una Iglesia que no llora frente a estos dramas», exclama. Se refiere a distintas situaciones de injusticia, aunque en este aspecto la inmigración siempre tiene un espacio destacado. Francisco advierte de que «en algunos países de llegada, los fenómenos migratorios suscitan alarma y miedo, a menudo fomentados y explotados con fines políticos» y pide «reaccionar con decisión» ante «una mentalidad xenófoba, de gente cerrada y replegada sobre sí misma».

«Cristo vive»

Y ante todas estas diatribas, el Papa pide a los jóvenes que desarrollen una pastoral juvenil para impartir en las parroquias. Pero también que esta cultura vaya desde la vida consagrada a los no creyentes. «Cristo vive» es el título de la exhortación apostólica. Y él es el ejemplo, sentencia el Pontífice.