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¿Una lección a los políticos?, por Isidoro Macías, hermano franciscano

La Razón
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- El Papa Francisco ha arremetido contra la indiferencia sobre el drama de la inmigración. ¿Es un toque de atención a los políticos?

–Sí, el Papa ha ido en busca de los pobres y a la vez ha hecho un llamamiento a los países europeos, que nunca se han implicado en el problema de la inmigración porque, si no, a estas alturas, ya tendríamos el problema solucionado. Me alegra que el Papa se haya bajado de su «tribuna» para acercarse hasta los más pobres, a esas personas que sufren tanto y que no se sabe realmente lo que padecen hasta que no se está en contacto con ellos. Muchos tienen formación y estudios universitarios, pero en sus países no tienen oportunidades.

- La visita del Papa ¿es una forma de acercarnos al drama de la inmigración ilegal?

–Es una forma de dar más visibilidad al problema. A Cádiz han llegado muchas embarazadas y niños de tan sólo un mes que lo único que traen es un pañal. En ellos he visto la misericordia de Dios por encima de las malditas mafias que se dedican a engañar a gente pobre. Muchos siguen teniendo miedo cuando llegan a Europa porque están muy vigilados cuando llegan a su destino.

- ¿Que quiere el Papa que aprendamos?

–Que tenemos que abrir las puertas de par en par para acoger a estos hermanos nuestros. Nosotros tenemos de todo y ellos, nada más que lo que les podamos dar. Es un testimonio grandísimo el que ha dado el Papa, una lección.

- ¿Se puede acabar con este drama?

–Si quieren los políticos, sí. Es necesario que lleguen con un contrato porque no vienen a quitar el trabajo a nadie.

*Hermano Franciscano de Cruz Blanca. «Padre Pateras»