Benedicto XVI

Xiskya Valladares: «San Pablo sería hoy tuitero y bloguero»

Religiosa de la Pureza de María

Xiskya Valladares: «San Pablo sería hoy tuitero y bloguero»
Xiskya Valladares: «San Pablo sería hoy tuitero y bloguero»larazon

Tuitea que algo queda. Y Xiskya Valladares, consciente de ello, no deja escapar ni un sólo caracter. Religiosa de la congregación de la Pureza de María, es la monja de habla hispana de referencia en Twitter. A punto de superar los 39.500 mensajes en la red, cuenta con más de 16.000 seguidores. Ahora, con algo más de espacio, ha publicado «#arezaryadormir» (Destino), libro con el que pretende «contagiar de esperanza a este mundo y leer la realidad en una clave positiva, una oportunidad para llegar a los no creyentes».

- Antes de cerrar los ojos , ¿lo último que escribe en su tablet es #arezaryadormir?

–Es mi forma de despedirme en Twitter cada noche. Me hace gracia que me pidan permiso para usarlo, porque no es mío, es de todos. Tenemos que recobrar la costumbre de dar gracias por todo lo que hemos recibido durante el día. Si uno se acuesta acumulando problemas, al final duerme mal. Si te digo la verdad, mi primer y último pensamiento de cada día es Dios. Me quedo dormida rezando el rosario...

–Claro, se pasará el día conectada...

–Me marco tiempos, porque esto puede absorber demasiado. Tuiteo a primera hora, a mediodía y algo de noche. Hay que trabajar, rezar y vivir en comunidad. Lo que no limito es la conexión con Dios para descubrirle en el día a día.

–En una jornada complicada, Cristo pidió a los apóstoles que echaran las redes y no les fue nada mal... ¿En internet se pesca igual?

–Jesús les dijo en aquel lago: «No tengan miedo, aquí estoy yo». Ahora siento que nos lo dice a nosotros con esta red que es algo más compleja de manejar, pero estoy segura de que la pesca saldrá también adelante. Pero hay que tener claro que lo que saquemos no es fruto nuestro sino suyo.

–¿Dios le llamó a ser tuitera?

–No, pero es cierto que todo cristiano tiene que tener una vocación de comunicador, porque «el Verbo se hizo carne». Mi vocación surgió de un pasaje del Evangelio de Mateo: «No todo el que me diga Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre». Cuando lo recé, sentí que la voluntad de mi Padre pasaba por consagrarme. Al principio pensé que eso me quitaría libertad, pero la verdadera libertad por conquistar es la interior, un camino que dura toda la vida. Ahora mi misión es evangelizar, anunciar el mensaje de Jesucristo.

–¿Es la Buena Noticia o la mejor noticia?

–Cuando verdaderamente te toca por dentro, la noticia de Jesús te da un vuelco completo a la vida, la cambia completamente. Te transforma de tal manera que lo tienes que contagiar por los poros y lo transmites por los ojos, por la piel, en la forma de relacionarte, de mirar, de vivir...

–¿Cómo entonces apareció Twitter en su vida?

–De forma casual. Cuando surgió el movimiento del 15-M, lo comencé a seguir en los periódicos, pero quería enterarme de primera mano cómo ocurría todo. Y la fuente estaba en Twitter. El salto definitivo fue durante la JMJ, el momento donde aumentó mi presencia y me di cuenta del potencial de esta red social para saltar fronteras y llegar a todo el mundo. Si San Pablo hubiese vivido en este siglo... ¡lo que haría!

– ¿Sería bloguero?

–Sería bloguero y tuitero. El Papa Francisco lo es. Lo está haciendo fenomenal y eso nos exige más a todos los cristianos, no nos podemos quedar atrás.

–Y cuando no tuitea, sabe dar titulares...

–Es capaz de explicar lo fundamental en menos de 140 caracteres. Ya Benedicto XVI nos recordó que un versículo de la Biblia equivale a un mensaje de Twitter.

–El cardenal Ravassi es uno de los que se ha lanzado a las homilías vía Twitter. Y no todo el mundo lo ve bien...

–En la Iglesia hay de todo, porque somos muchos, una gran familia. Yo también me topo con alguno que me dice: «¿Qué haces en la redes sociales? Si eres monja, vete a rezar». Está claro que si no rezo no tengo nada que comunicar, pero mi vocación es de vida activa.

–¿Su superiora no la ve como un bicho raro?

–Más bien lo ve como una extensión a nuestra misión educativa como religiosas de la Pureza de María, una parte más de nuestro carisma.

–¿Dios tiene cuenta en la red?

–Hay uno que se hace llamar «dios» en Twitter... ¡Menudo pájaro! Dios nos utiliza como canales para transmitir su mensaje y la red es un trampolín para saltar a otras realidades. No nos podemos quedarnos en lo virtual, hay que bajar al 1.0.

–¿Hay más pecado que virtud en Twitter?

–Hay para todos, no es más distinto a la realidad. En lo virtual trasladamos todo nuestro caudal personal, con nuestras virtudes y defectos. Internet es un lugar que Benedicto XVI definió como el continente digital en el que se viven pasiones, sentimientos, se intercambian ideas...

–Pero a veces se atiza al personal hasta dejarle fuera de juego...

–Hay que saber manejar a esos «trolls» –así se define a aquellos que provocan y acosan en la red–. Al principio, cuando me mensajeaban, llegue a pensar en dejar la red. Ahora, al «troll», ni agua, así ven que no tienen nada que hacer. En cambio, gracias a seguir en la red social, nació el proyecto iMisión, una plataforma de nueva evangelización desde la creatividad y la innovación. Tal fue la acogida de esta iniciativa que en menos de un mes teníamos 300 voluntarios y estamos preparando para abril el primer congreso de católicos tuiteros. ¿Qué ong o qué político no querría eso?

–En medio de la crisis, ¿Cáritas ha sido el mejor trending topic de la Iglesia?

–Y lo fue literalmente con el hashtag #GraciasCaritas. Cáritas ha hecho una labor insustituible y quien no lo quiera reconocer está ciego. Nadie ha atendido en España a tanta gente parada, a tantos inmigrantes, sin esperanza... Y Cáritas es la Iglesia.