Cine
Ricardo Darín, ante la Justicia
El argentino protagoniza «Tesis sobre un homicidio», el thriller de Hernán Goldfrid
Ya saben que la justicia es ciega. Lo malo es cuando la venda le impide ver las trampas de quienes lo saben y se aprovechan de ello. El prestigioso jurista Roberto Bermúdez (Ricardo Darín) imparte un curso de postgrado de Derecho Criminal al que asistirá un inquietante alumno Gonzalo (Alberto Ammann). Todo apunta a que el seductor e inteligente joven está provocando al profesor, arrastrándole a un peligroso juego con chica brutalmente asesinada de por medio. En «Tesis sobre un homicidio», firmada por su compatriota Hernán Goldfrid, Ricardo Darín se reencuentra con el thriller, género que tan buenos resultados le ha dado («El secreto de sus ojos»), aquí a vueltas con la idea de la justicia y la ley.
Un género necesario
«Todos los géneros son necesarios, todo el cine lo es. Incluso el de las palomitas, la comedia medio tonta –explica el argentino–. Nos aportan una opción que es interesante. Por supuesto, cuando tenemos la opción de asistir a cualquier evento artístico y sentimos que nos modifica, nos abre la cabeza y el corazón, uno siente que la vida es posible de otras formas. Pero incluso las malas películas son necesarias. Yo soy tan obsesivo que hasta ésas tengo que terminar de verlas, aunque sea para arrepentirme».
Darín es rotundo cuando se le pregunta si cree en la justicia: «No, claro que no. Me ha defraudado en varias oportunidades y lo seguirá haciendo. Por otra parte, tenemos que ser razonables y respetar las normas que hemos aceptado como reglas de juego para poder convivir en esto que llamamos sociedad civilizada». Bromeamos sobre un periodista español entrevistando a un actor argentino sobre la justicia –«tendríamos para hablar todo el día»– y se pregunta: «¿Qué pasa con nosotros? Ya estoy un poco cansado de echar las culpas afuera. Estamos obligados a reflexionar, a mirar para adentro y pensar: ¿hasta qué punto participamos? ¿Cuántas veces hemos visto la injusticia en otros y nos hemos callado porque hemos pensado: bueno, ya pasará? En este momento, cuando las papas queman, hay que ver quiénes quedan de pie frente a eso. Es complicado, pero creo que esta crisis es global, no sólo de España o Argentina». Y matiza: «No soy optimista: trato de ser positivo».
Cuenta sobre su momento vital que «me veo bien, aunque estoy como revolucionado, en carne viva. En muchos sentidos: mi vida personal, en la social, en mi trabajo...». Y lo explica: «Soy un desquiciado y creo que estoy de ida, que tengo que aprovechar las experiencias anteriores, el kilometraje andado, no sólo para no cometer los mismos errores, sino para evitar que los cometan los demás, con lo cual me he convertido definitivamente en un loco».
A por Bergman
El frenesí en que dice vivir Ricardo Darín sigue cristalizando en cine y más cine. El próximo título, en plena postproducción, será «Séptimo»: «Es una película rara, atípica; una historia que le ocurre a un tipo dentro de un edificio y sobre cómo en catorce horas se vuelve loco». También rodará «Relatos salvaje», una comedia negra. Además, el actor protagonizará una obra de teatro en Buenos Aires que empezará a ensayar en breve: «Escenas de la vida conyugal», de Bergman.
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