Diego Losada

Diego Losada: “Una democracia sana es una democracia con unos medios públicos veraces, creíbles, efectivos”

Periodista y presentador de programas informativos, actualmente al timón de España Directo en La 1 junto a Ana Ibáñez, Diego Losada comparte con La Razón su visión sobre la evolución del periodismo, en relación también con su propagación en las redes sociales y con la proliferación de fake news.

Diego Losada en un taller universitario de presentación en televisión.
Diego Losada en un taller universitario de presentación en televisión.larazon

Su actitud creíble y rigurosa delante de la cámara lo ha convertido en una de las columnas actuales del periodismo televisivo. Tras una breve etapa en Telemadrid, Diego Losada vuelve a Televisión Española, en la que trabajó anteriormente como redactor en los informativos. A partir de noviembre del año pasado, está con Ana Ibáñez al frente de España Directo en La 1, un clásico de la programación de la cadena, que, año tras año, renueva su apuesta por la información de actualidad. Asimismo, compagina su trabajo en los medios de comunicación con colaboraciones en varias universidades, donde imparte conferencias sobre el periodismo. No hay duda de que tiene mucha fe en la responsabilidad de la comunicación y en el papel de los periodistas, que tienen que hacerse portavoz de una información veraz, clara y precisa.

¿Cómo se apasionó al periodismo y a la comunicación?

En mi grupo de amigos, desde niño y adolescente, era el más “parlanchín”. Cuando éramos niños, había unas bromas telefónicas que hacían en un programa de radio e íbamos por las cabinas, llamábamos a un número aleatorio, me hacía pasar de locutor de radio y daba el pego, diciéndole a las personas: “si cantas la cucaracha, ganas cien mil pesetas”. Lo hacía con voz de locutor de radio y toda la gente se lo creía. Era un chaval de doce o trece años. Siempre fuí así de palabra: me ponía a retransmitir las carreras de coche, o incluso en el colegio, a la hora de presentar, eso siempre me llamaba la atención. En mi casa, siempre veía el telediario con mis padres, escuchaba la radio muy desde niño, entonces siempre me gustó la comunicación. Aunque, nunca tuve claro que me quería dedicar a eso hasta que en unas prácticas en la radio descubrí que era mi vocación, y luego ya en la tele lo descubrí mucho más, porque me encanta el cine, me encanta la imagen.

¿Qué resulta más difícil para un periodista hoy en día?

Creo que hoy en día se ha convertido en un reto estar completamente seguros de que todo lo que contamos es cierto. Hay que estar muchísimo con los ojos abiertos de que nadie nos la cuele. Como periodistas tenemos una gran responsabilidad ante el multiple campo minado de mentiras, al que nos tenemos que enfrentar a la hora de poder decir verdades. Eso es lo más difícil: separar el grano de la paja, el ruido de lo que realmente es información, y poder dar una información honesta.

¿Cree que las redes sociales y la difusión libre de contenido representan un peligro para el periodismo de calidad?

No diría peligro, sino que ponen de manifiesto la importancia de que haya periodismo de calidad. Al final, son opuestos. La existencia de unos justifica el trabajo de los otros. Hablamos de periodismo de calidad cuando entendemos que todas las fuentes están contrastadas y podemos tener una confianza en ese medio o en ese periodista, porque sabemos que va a hacer bien su trabajo, es decir, que se basa en los principios del periodismo, del contrastar todo.

¿Qué nuevas obligaciones implica el periodismo digital en la producción de contenido?

No las calificaría como nuevas, me atendería a las obligaciones que el periodista ha tenido siempre. Lo que pasa es que ahora, como es un nuevo medio, hay que adaptar esas obligaciones a ello, pero al final es lo mismo. Es citar las fuentes que manejas sin copiarlas, contrastar todo lo que estás diciendo y ser fiel a la credibilidad que se espera de ti como periodista. Sin embargo, creo que el problema del periodismo digital es que a veces se cobra por clicks, y entonces escribimos en función de cuantos clicks vamos a tener. Eso tiene un gran peligro, es que perdamos credibilidad y no seamos del todo honestos con la información que estamos contando. Pero, al final, eso no es nuevo: el hecho de buscar la honestidad hay que aplicarlo a todo, al papel o al pergamino. Yo siempre reivindico esos valores, porque serán lo que haga que el periodismo de calidad siga existiendo, sea cual sea su forma.

Los lectores están cada vez más sumergidos por información procedente de todas partes. A su juicio, ¿en que habría que apostar para captar más facilmente su interés?

Siempre creo en el contenido de calidad. A veces, hay programas que tienen una calidad tremenda y luego unas audiencias muy bajas. Al final, no todo es captar la atención por captar la atención. Creo que es más honesto estar contentos y satisfechos del contenido que uno hace. La gente no es tonta y el buen contenido atrae a las buenas audiencias. Nosotros en España Directo buscamos temas sociales que también puedan afectar directamente a la vida diaria de las personas. Por ejemplo, trabajamos mucho con problemas vecinales, de pueblos enteros que se ponen en contacto con nosotros para denunciar una situación, como una carretera en mal estado que les mantiene conectados, o que los jóvenes del pueblo se están yendo de allí y ese pueblo desaparecerá dentro de unos años. La despoblación, la desertificación, son contenidos que tienen un interés, porque son útiles. Entonces, ¿como podemos captar la atención? Haciéndonos útiles. Y en el momento en el que la gente percibe que lo somos, está muy bien para nosotros. Y eso es lo que estamos viviendo en España Directo.

¿Cuál es la responsabilidad de los medios de comunicación frente a la proliferación de las fake news?

Primero, hay que identificar quien está creando esas fake news, por qué las están creando y con qué interés. Y eso hay que desgranarlo, al final yo lo veo como un campo de batalla. Hay un ejército con unos generales que tienen unos intereses y tienen unos cañones de fake news que quieren lanzar al otro lado. Y justo al otro lado tenemos que estar nosotros, los medios de comunicación, los periodistas, que tenemos que hacer también nuestros ejércitos, prepararnos nuestras redacciones y hacer formación, para poder identificar esos cañones del enemigo y poder desarmarlos con datos, con contexto, contrastando las fuentes y diciendo lo que es verdad y lo que es mentira. Esa es la responsabilidad de los medios de comunicación.

¿Y de los lectores?

Estar alerta. Las fake news están muy bien pensadas, elaboradas y redactadas, pero además no es un medio ruso que te las está pasando. Es que igual te las está pasando tu amigo, tu madre, tu padre, o tu compañero. Es algo que se convierte en viral y automaticamente le das la condición de verdadero a algo que no lo es, pero porque hay una serie de vínculos que utilizan, que son muy buenos, y que no te las permiten identificar. Entonces, lo que tiene que tener la gente es un mensaje de alerta, de poner todo entre comillas, y valorar la credibilidad de los medios que estén perfectamente contrastados.

¿Cuáles son las cualidades de un buen presentador?

Creo que cada presentador tendrá en la cabeza un mapa de valores distinto. En el mío, la palabra que brilla con neones es la credibilidad, haga lo que haga. Eso lo explica todo y se construye con la forma, la dicción, la expresión, el lenguaje verbal, el estilismo, pero sobre todo con el contenido. Un periodista cuenta una historia a un espectador, con lo cual hay que tener cierto criterio periodístico y una cierta capacidad de narración y descripción. Luego, entre el contenido y la forma hay varias habilidades y actitudes: el tono, la espontaneidad, la cercanía y también el humor, que es una gran herramienta para acercarte a la gente, para que te vea como un igual. Nuestro programa España Directo es un programa muy coloquial y muy de familia.

Como en su carrera ha tenido la oportunidad de hacerlas, ¿cuáles son los pasos que hay que seguir a la hora de preparar una tertulia informativa?

Para mí, lo importante de las tertulias informativas es que allí los protagonistas siempre tienen que ser la información, los datos, los argumentos, no tanto las personas. En el momento en el que una tertulia se convierte en un duelo de protagonismo, el espectador se pierde en el mensaje. Lo importante es que los argumentos de las distintas posturas estén bien representados o, por lo menos, bien explicados por cada una de ellas. Y, luego, si uno queda más por encima de otro o las distintas pullitas que pueda haber entre ellos, eso forma parte ya del espectáculo televisivo, lo que para mi debería estar en un segundo plano.

¿Cuál es la diferencia entre hacer información para una emitente pública y para una privada?

Creo que no debería haber ninguna diferencia. Hacer información es una responsabilidad y el hecho de dedicarse a la información ya es un servicio público. No debe estar pendiente de otros intereses. En TVE, obviamente, estamos con el interés general y priorizamos informaciones con un criterio ajeno a la audiencia que eso pueda dar o al impacto que se pueda tener, siempre pensando en el interés general de los ciudadanos. Y, sobre todo, una democracia sana es una democracia con unos medios públicos veraces, creíbles, efectivos, y en eso estamos.

Las plataformas de streaming por Internet, como Netflix o Youtube, ganan más éxito año tras año. ¿Cuáles son los elementos claves para la televisión para hacer frente a ese tipo de competencia?

La televisión en directo. De hecho, en España Directo ese elemento lo tenemos (sonríe). No sé lo que pasará en el futuro, pero es cierto que la televisión enlatada o pre-producida está pasando por estas plataformas, que conocen muy bien a los públicos a los que se dirigen y hacen muy buenos productos segmentados. Pero, la televisión en abierto es otra cosa, es hacer productos para todo el mundo y eso tiene un margen de error mucho mayor, con lo cual, la televisión, sobre todo la televisión pública, debe estar orientada a hacer programas en directo, que además son muy exigentes. Y eso fomenta la cercanía con el espectador.

¿Tiene alguna recomendación para los estudiantes de periodismo?

Qué no pierden ni un minuto y que no esperen a que terminen la carrera en ponerse ya a trabajar. Se puede generar contenido desde una habitación hoy día. Tienen las herramientas para hacerlo, igual que les vean uno, dos o tres. Los Rolling Stones empezaron tocando para cinco personas. Eso es para ellos, para aprender a comunicar y a estar en esta profesión. Que no dejen de pensar en que contenido podrían emitir o en que historia ellos podrían comunicar al mundo.