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Retención aguda de orina

Hábitos como lavarse bien las manos podrían evitar contagios por patógenos en lugares como los urinarios públicos, que son un foco de suciedad | Fuente: Panthermedia
Hábitos como lavarse bien las manos podrían evitar contagios por patógenos en lugares como los urinarios públicos, que son un foco de suciedad | Fuente: PanthermediaGRZEGORZ PETRYKOWSKIGTRES

La retención aguda de orina es una urgencia urológica que consiste en la repentina imposibilidad para vaciar la vejiga. Es característica de los hombres debido a los problemas de la próstata y es mucho menos frecuente en las mujeres donde suele deberse a enfermedades ginecológicas o neurológicas. El paciente refiere dolor en la parte baja del abdomen (la zona de la vejiga) y se puede acompañar de molestias en los genitales. A medida que pasan las horas se presenta sensación de angustia, fiebre o dolor en la zona baja de la espalda. En estas situaciones, muchos pacientes beben más agua pensando que les ayudará a orinar y ocurre todo lo contrario, pues se agrava la situación puesto que se va rellenando sin expulsar ningún líquido. A partir de las ocho horas en las que no se ha miccionado nada se debe acudir a Urgencias. Hay pacientes que han esperado más tiempo y acuden a urgencias en una situación de dolor agudo.

La principal causa de la retención aguda de orina es la hiperplasia benigna de próstata, aunque puede haber otras como infecciones, litiasis, traumas, prostatitis, uretritis, medicamentos, estreñimiento, neoplasias, enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple o fimosis. Con la edad, la próstata aumenta de tamaño con lo que se dificulta la salida de la orina por la uretra. En una etapa inicial, la vejiga compensa ese “obstáculo”, pero con el tiempo y el crecimiento prostático se puede llegar a cerrar la uretra impidiendo la micción. En el examen físico se puede objetivar un globo vesical palpable, es decir, palpar la zona de la vejiga por debajo del ombligo globulosa, correspondiente a la vejiga llena de orina. La ecografía urológica permite certificar que la vejiga está a rebosar, e incluso se llega a ver si están dilatados los riñones, pudiendo provocar una insuficiencia renal. El tratamiento es sencillo y consiste en sondar al paciente. En caso de no poder realizarse por la uretra se debe practicar una talla vesical, que consiste en introducir una sonda a través del abdomen para vaciar la vejiga.

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