Salud

Junko Takahashi: “Hemos perdido la capacidad natural de la concentración”

Entrevista a la escritora y periodista

Junko Takahashi en el Hotel de Las Letras
Junko Takahashi en el Hotel de Las LetrasConnie G. SantosLa Razón

Tras el éxito “El método japonés para vivir 100 años”, la periodista nipona recorre en su nuevo libro el camino para hallar los secretos de la cultura milenaria hacia la plenitud, la armonía y la felicidad.

-Uno de los componentes que alude a lo largo de las técnicas que enumera en su último libro, “Do. El camino japonés de la felicidad” (Planeta), es la concentración. ¿Nos hemos acostumbrado a vivir tan deprisa que no ponemos atención a las cosas?

-Exacto. La gente siempre tiene pendiente el «me tengo que concentrar más». Ahora está de moda la meditación, el “mindfulness”... Pero hacer este tipo de actividades no resulta fácil, si se quieren hacer bien. A mí me cuesta, porque uno no debe pensar en nada cuando lleva a cabo la meditación.

-¿Por qué nos cuesta abstraernos?

-Siempre hay motivos. Uno está pensando las tareas que tiene pendientes, los problemas, las complicaciones en las relaciones sociales... Eso impide que tomemos conciencia de cómo debemos hacerlo.

-Entonces, llegan las actividades que propone en las páginas de “Do”, ¿cierto?

-Se trata de llenar un pensamiento de otras cosas que necesitan tu atención plena en ese mismo momento. Cuando uno realiza «Kado» (la estética imperfecta de las flores) pone el foco en donde tiene que colocar la flor, dónde tengo que poner esta hoja y cómo cortarla. Eso es lo importante en ese momento. Son clases que duran entre una hora y hora y media, y el tiempo pasa volando, lo que significa que has prestado la atención necesaria. Esto demuestra concentración.

-¿Tienen el mismo poder las artes que aborda en el libro como el tiro con arco, la caligrafía o la ceremonia del té?

-Pues sí, porque cumplen con el mismo fin: la concentración.

-Esto lleva a una cuestión importante: ¿ha perdido el ser humano la capacidad natural de poner atención en las cosas? ¿Hay demasiada estimulación y somos demasiado “multitareas”?

-Cierto, ahora mismo y en esta sociedad hay mucho de esto. Por eso, nos damos cuenta también de que esto pasa y que no podemos ir corriendo a los sitios. Con la práctica de estas artes, uno aprende a parar y a poner el foco en uno mismo. Si uno se aprecia, saca el tiempo necesario para conseguir ese espacio que le dote de paz interior y descanso.

-Mucha gente busca resultados inmediatos. ¿Se consiguen?

-Todo lleva su tiempo y, con disciplina, claro que se logra. Primero hay que reservar ese espacio, una vez conseguido se alcanza poco a poco esa limpieza de la mente y uno se encuentra con más energía. Si uno está todo el día con un ovillo de problemas que lleva de un lado a otro y que va haciendo más grande cada vez, pues no sirve de mucho. Pero, una vez ha puesto en práctica ese espacio personal de concentración en una única actividad, su situación mejora. Se nota enseguida.

-Nos tomamos demasiado tiempo en cuidar el cuerpo, pero si queremos vivir cien años nos debe acompañarnos también la mente...

-Lo cierto es que sí. Estas actividades requieren un foco concreto y unas habilidades que nos llevan a una mayor plasticidad cerebral.