Salud

El Hospital Clínico San Carlos implanta su primer esfínter urinario artificial con Da Vinci

En el marco de la octava edición del curso internacional de cirugía en incontinencia urinaria y suelo pélvico

En la imagen, desarrollo de una operación llevada a cabo con el robot Da Vinci
En la imagen, desarrollo de una operación llevada a cabo con el robot Da Vincilarazon

El suelo pélvico es una de las estructuras más complejas del cuerpo humano, y también una de las más incapacitantes cuando se resiente. Y, a pesar de lo que pueda parecer, no se trata únicamente de un problema femenino, sino que cada vez afecta a un mayor número de varones. «Esto, sumado a la pérdida del miedo a tratar estos temas en la consulta ha hecho que cada vez nos encontremos con más pacientes que refieren incontinencia y dolor, aunque no existen datos directos que confirmen el número de afectados en nuestro país», asegura Jesús Moreno, jefe del Servicio de Urología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, quien ha dirigido esta semana la octava edición del curso internacional de cirugía en incontinencia urinaria y suelo pélvico.

En el marco de este encuentro, el Hospital Clínico San Carlos ha implantado su primer esfínter urinario artificial a una paciente con el robot Da Vinci, «un procedimiento que ya resulta habitual en Francia, pero que en nuestro país todavía es muy incipiente por la complejidad que supone», asegura Moreno, quien detalla que la operación la realizó el doctor Benoit Peyronnet, jefe del Servicio de Urología del Hospital de Rennes con el fin de mostrar a los profesionales españoles cómo se ejecuta.

Este tipo de intervenciones, que consiste en la implantación de un esfínter urinario artificial que permite cerrar el cuello de la vejiga para evitar pérdidas de orina no deseadas, se realiza en aquellas mujeres en las que han fracasado otras alternativas previas, «como cirugía vaginal con la aplicación de una malla con sistema de tensión regulable», explica Moreno, quien hace hincapié en que «la complejidad de la intervención es muy alta, a pesar de que la cirugía robótica lo hace más factible, gracias a que el robot Da Vinci amplifica la imagen hasta 20 veces y permite la visión en tres dimensiones, lo que ayuda al cirujano a tener una panorámica de la anatomía del paciente perfecta».

Uso de Células madre

Otra novedad tratada durante el curso fue el empleo de las células madre para mejorar el tratamiento de la incontinencia urinaria masculina, «algo todavía experimental y que no se aplica en la práctica clínica, pero que sin duda resulta muy prometedor, ya que servirá para que, tras una prostatectomía radical, se puedan regenerar los haces nerviosos que provocan las pérdidas de orina y la disfunción eréctil», avanza Moreno.