Salud

Controversia sobre cuándo cortar el cordón umbilical

El pinzamiento tardío en los recién nacidos que no necesitan reanimación ofrece un mayor beneficio también en prematuros, asociándose con menor mortalidad y menos hemorragia cerebral

En los últimos años falta el consenso entre los profesionales sobre cuál es el momento óptimo y la técnica más recomendada para llevarlo a cabo
En los últimos años falta el consenso entre los profesionales sobre cuál es el momento óptimo y la técnica más recomendada para llevarlo a cabolarazon

Su vestigio nos acompaña de por vida en forma de cicatriz, que es lo que el ombligo realmente es, recordándonos el vínculo que nos unía con la madre antes de nacer. Cómo cortar este nexo es, en los últimos años, tema de debate y controversia por la falta de consenso entre los profesionales sobre cuál es el momento óptimo y la técnica más recomendada para llevarlo a cabo.

«Desde hace años sabemos de las ventajas de hacer un clampaje o pinzamiento tardío del cordón, esto es, pasados al menos 60 segundos después del nacimiento. Sin embargo, en situaciones especiales como ante la necesidad de reanimación neonatal o la presencia de algunas malformaciones, no teníamos datos suficientes para conocer el mejor momento para este clampaje. Igualmente en los prematuros desconocíamos datos de su efecto en el pronóstico a largo plazo –asegura Manuel Sánchez Luna, jefe del Servicio de Neonatología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid y presidente de la Sociedad Española de Neonatología–. Hoy sabemos que el tardío es seguro para los nacidos prematuros y que aporta beneficios, no sólo con reducción de la mortalidad sino a medio y largo plazo en su neurodesarrollo e igualmente en aquellas situaciones como ante la necesidad de reanimarlo o ante la presencia de algunas malformaciones en el nacido a término».

Cambio en las guías médicas

Tal y como explica Ana Remesal, neonatóloga y profesora de Pediatría del Hospital Universitario de Salamanca, «la evidencia científica y las guías actuales indican que el pinzamiento del cordón se debe retrasar al menos 60 segundos en los recién nacidos que no precisan medidas de reanimación, existiendo un mayor beneficio en la adaptación a la vida extrauterina. Este beneficio también se ha mostrado en prematuros, en los que el clampaje tardío se asocia con menor mortalidad y menos hemorragia cerebral». «En cambio», añade, «en el grupo de niños que requieren reanimación, las guías vigentes indican el inmediato; para este grupo se podría aplicar la técnica del ordeño –exprimir la sangre del cordón al recién nacido en el momento del nacimiento para aportar sangre desde la placenta hasta el bebé–, no demorando el inicio de las medidas de reanimación. Sin embargo, según los resultados obtenidos en un estudio multicéntrico en el que se han analizado más de 500 recién nacidos, esta práctica se asocia con un incremento de la hemorragia cerebral en los grandes prematuros».

«Es interesante que la comunidad neonatal conozca estos hechos porque se trata de una técnica que en un momento dado en el recién nacido a término puede ser beneficiosa, pero en el recién nacido prematuro no debe emplearse por los riesgos que ocasiona», afirma Sánchez Luna. «Es muy probable que se actualicen las guías y recomendaciones de distintas sociedades científicas próximamente para recoger estas nuevas evidencias. Están en marcha más estudios que arrojarán aún más evidencia sobre cual es la mejor práctica en el manejo del cordón umbilical tras el nacimiento», concluye el experto.