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La nueva partida de test de Sanidad también es defectuosa

Tan solo el 50% de sensibilidad. La nueva partida adquirida por el Gobierno tendría una efectividad muy inferior a la considerada óptima, de al menos el 70%

Lo de los test de detección precoz del nuevo coronavirus está resultando todo un culebrón. Si hace apenas tres días llegaba de China por avión un nuevo cargamento de un millón con los que se prometía compensar el fiasco causado la semana pasada por una partida defectuosa que tuvo que ser devuelta por no funcionar correctamente, parece que los nuevos dispositivos tampoco lo harían como es deseable.

Así lo ha denunciado la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), que asegura que «hasta la actualidad las pruebas que se han realizado en España con estos kits de detección de antígeno basados en la inmunocromatografía presentan una sensibilidad inferior a un 50%». Una mejora respecto de los anteriores, comercializados por la empresa Bioeasy, que apenas era del 30%, pero muy inferior a lo considerado óptimo por los expertos.

«Tendría que tener una sensibilidad de al menos el 70% o el 80%», explica Benito Almirante, portavoz de la Seimc y jefe de Enfermedades Infecciosas del hospital Vall d´Hebrón de Barcelona. De hecho, así lo reconocía la propia sociedad científica en un documento previo que se publicó el 23 de marzo y en el que se recogía la detección del antígeno –lo que popularmente denominamos test rápidos– como primer paso para detectar de una manera precoz la presencia del virus en muestras nasofaríngeas, si bien condicionaba su uso a que tuviese una sensibilidad aceptable, entendiendo como aceptable superior al 70% y siempre en un contexto epidemiológico de elevada prevalencia.

«Una prueba que dé positivo en un 30% de los casos no nos vale, y menos cuando quiere emplearse para hacerlo a gran escala y en la comunidad, es decir, en centros de atención primaria y residencias», asegura el experto. Y, aunque para aumentar la sensibilidad se podría pensar en alguna manera de concentración rápida de la muestra, su manipulación podría generar problemas de bioseguridad difíciles de solucionar en una prueba cuyo objetivo es utilizarla en el lugar de atención al paciente y, además, podría enlentecer el proceso de la técnica rápida.

Antecedentes

Fue el pasado 25 de marzo cuando saltó la noticia del fiasco de los tests rápidos. En aquella ocasión las pruebas defectuosas fueron fabricados por la empresa china Shenzhen Bioeasy Biotechnology y, pese a no contar con la licencia de su país, fueron comprados por el Gobierno para tratar de evaluar a qué nos enfrentamos, léase, cuál es la dimensión de contagio real. Para ello, el Gobierno anunció que adquiriría 5,5 millones de estas pruebas.

A este fabricante, España compró 640.000 muestras exprés. De las que llegó una partida inicial de 9.000, según reconoció el propio Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, que aseguró que iban a «devolver los lotes» de los primeros test rápidos a todas luces ineficaces, ya que tienen una sensibilidad inferior al 30% en la detección del coronavirus. Es decir, sólo detectarían un positivo en el 30% de los casos. Dado que se estaba poniendo en tela de juicio el «made in» China, la Embajada del país asiático en España dejó claro vía Twitter que los 9.000 kits fueron adquiridos por España a través de una empresa que no cuenta con licencia.

«El elevado número de kits para detectar antígenos o anticuerpos hace que probablemente exista una elevada variabilidad en cuanto a indicadores de sensibilidad, especificidad, valor predictivo positivo y negativo. Por ello, la primera premisa sería no comprar un kit de detección de antígeno o anticuerpos sin antes evaluarlo y probarlo en una población que represente aquella en la que se va a utilizar en vida real», recomiendan desde la sociedad científica. Habrá que ver si esta vez el Gobierno hace caso a la voz de los expertos o habremos de añadir un nuevo capítulo en el culebrón de los test rápidos.