Salud

Así es la Sanidad española en comparación con la del mundo: eficiente, pero mal pagada

España solo gasta un 6,2% del PIB en Sanidad, lejos de la media europea, y nuestros médicos están a la cola en salarios

Lo habrá escuchado en muchas ocasiones: «España tiene uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo y el mejor de Europa». Hay razones para pensarlo, pues el pasado mes de febrero el Foro Económico Mundial aupó a nuestro país con la máxima puntuación en esta materia en su último informe de competitividad relativo a 2019, aunque en realidad no se refería únicamente a la calidad del sistema sanitario, sino que este informe mide la esperanza de vida saludable. Pero tal y como está el panorama hoy en día en los hospitales, cuesta creer que tengamos la medalla de oro en este podio.

La radiografía de la Sanidad en el mundo deja claro que el sistema español tiene algunas grietas que resultan incuestionables. La primera es que la comparación de los salarios resulta grotesca: los sanitarios españoles están entre los peor pagados si comparamos la lista de países más desarrollados.

Radiografía de la Sanidad en el mundo
Radiografía de la Sanidad en el mundoAdrián Herranz

En concreto, el sueldo de un médico español (unos 55.000 euros anuales) está a años luz del de un norteamericano (que cobra 250.400 euros de media) o un australiano (unos 135.000 euros al año), aunque sin irse tan lejos, la comparación con un facultativo británico (129.500 euros) o alemán (125.000 euros) también resulta irrisoria, pues cobra de media tres veces menos que sus colegas vecinos.

«En comparación con Europa, somos de los últimos países de los 27 en cuanto a remuneración de profesional sanitario, a pesar de que nuestra valía profesional está altamente acreditada, tal y como demuestra el gran número de profesionales españoles que ejerce fuera de nuestro país. Sin embargo, aquí se dedica una partida muy baja al gasto de personal», lamenta Tomás Toranzo, presidente de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, CESM.

Eficiencia

El bajo salario de los facultativos tiene como consecuencia la segunda característica que mejor define al sistema sanitario español si se compara con el resto del mundo: la eficiencia De hecho, está considerado uno de los más eficientes, tan solo superado por Hong Kong y Singapur, según el último índice elaborado por Bloomberg. Y esto sucede porque, tal y como demuestran los datos, España únicamente dedica un 6,2% de su PIB a la Sanidad pública, muy lejos del 14% que dedica Estados Unidos o del más del 9% que dedican Alemania o Francia. «A pesar de esa baja inversión, España es una de las naciones que mejor resultados tiene, a tenor de los datos de expectativa de vida, mortalidad al nacer, prevalencia enfermedades, etc., lo que demuestra su gran eficiencia», admite Toranzo, quien añade que esa falta de inversión se nota, sin embargo, «en largas listas de espera derivada de la falta de recursos».

Menos camas de crónicos y sin especialidad de Urgencias

Pero ese reducido gasto también provoca otras deficiencias acuciantes que ahora han salido a relucir, como el hecho de que España tiene menos camas que la mayoría de nuestros vecinos europeos (España tiene tres camas de media por cada mil habitantes, frente a las 13 de Japón o las ocho y siete de Alemania y Francia, respectivamente), un dato que resulta aún más evidente cuando se observa el número de UCIS (España tiene 9,7 por cada 100.000 habitantes frente a las 29,2 de Alemania o las 12,5 de Italia). «En comparación con otros sistemas de salud, tenemos pocas camas para crónicos. Pecamos de una distribución irregular de recursos y aunque se defiende la equidad del sistema, la accesibilidad igualitaria es una de las carencias más preocupantes», reconoce Toranzo.

Además, a diferencia de otros países de Europa, el presidente de CESM pone sobre la mesa un rasgo de nuestro sistema que, a su juicio, resulta un grave error. «Una crisis tan grande como ésta ha puesto en tensión nuestro sistema sanitario y ha destapado la enorme importancia que tienen los servicios de urgencia, que tradicionalmente han estado poco reconocidos en España, a falta de una especialidad, tal y como sí hay en otros países de Europa. La inexistencia de esa especialidad de Urgencias reglada ha sido un punto flaco ahora, pues los sistemas que sí lo tienen han demostrado que su capacidad de respuesta ha sido mayor», explica Toranzo.

Aprendizajes de esta crisis

Con este escenario, ¿qué podemos aprender de esta crisis sanitaria? «Las autoridades tendrán que invertir lo necesario en Sanidad, pues el esfuerzo de sus profesionales ya ha llegado al máximo, sin apenas protección. Y creo que se habrán dado cuenta de la importancia de la previsión, que esta vez ha sido muy escasa», advierte Vicente Matas, vocal de la Organización Médica Colegial, OMC.

Por todo ello, quedan muchos retos pendientes: «sin duda una inversión suficiente, potenciar Atención Primaria que está soportando una inmensa labor con una inversión, una plantilla y uno medios totalmente insuficientes, pero que es fundamental para evitar que los hospitales se saturen con pacientes que pueden ser atendidos en su domicilio o su centro de salud. También es fundamental invertir más en Salud Publica y muy posiblemente con una coordinación central mucho más importante que la que hoy tenemos. La lección que tenemos que aprender es previsión de medios de protección, debe existir un stok nacional bien gestionado, con compras regulares y consumo de los los productos adquiridos de forma ordenada según fechas de caducidad, cuando se presenta el problema es muy difícil comprar y para comprar en estas situaciones las Administraciones tienen que ser mucho más ágiles, ahora se compra al contado y con esto creo que estamos teniendo problemas por el funcionamiento propio de la Administración publica», explica Matas.