Salud
El PSOE mantiene el trámite de la Ley de Eutanasia a pesar de las 20.453 muertes por coronavirus
Un grupo de abogados pide al Congreso esperar a que todo se normalice porque «lo urgente es salvar vidas, no acabar con ellas»
Las negras cifras que registra la pandemia en España no han hecho cambiar un ápice la estrategia legislativa del Gobierno y del principal partido que lo sustenta, el PSOE. A pesar del impacto del Covid 19, que ya ha dejado hasta la fecha en nuestro país un total de 20.453 muertos oficiales en los centros sanitarios, más de 11.000 fallecidos en las residencias de mayores y domicilios que no aparecen reflejados en las estadísticas del Ministerio de Sanidad, y una cifra próxima a los 200.000 infectados que, en realidad, podrían ser millones por la raquítica cantidad de test de detección distribuidos y aplicados, los socialistas mantienen la tramitación en el Congreso de los Diputados de una de las normas a priori más polémicas de toda la legislatura: la Ley Orgánica de Eutanasia.
El pasado viernes, 17 de abril, vencía en la Cámara Baja el plazo para la presentación de enmiendas parciales a la norma por parte de los diferentes grupos políticos. Sin embargo, fuentes parlamentarias aseguran a LA RAZÓN que el PSOE decidió ampliarlo hasta pasado mañana, miércoles, día 22, lo que implica que, en principio, tiene intención de seguir adelante con la tramitación del texto en plena eclosión de defunciones por coronavirus en España.
Enmiendas parciales
En principio, las enmiendas parciales deberán revisarse en la Comisión de Justicia para después pasar al Pleno si no se crea una ponencia para que la opinión de los expertos invitados pueda tener también plasmación en el texto legislativo definitivo. La norma se trasladaría después al Senado para su vuelta posterior al Congreso de los Diputados de cara a la aprobación final.
La proposición de Ley Orgánica de eutanasia fue registrada el pasado 31 de enero de 2020, cuando Salvador Illa, el hoy cuestionado ministro de Sanidad, ya había accedido al cargo. La norma, según dijo el Gobierno, tiene como objetivo «dar una respuesta jurídica, sistemática, equilibrada y garantista a una demanda social». Además, recoge el significado etimológico de eutanasia, «buena muerte», y lo define como el acto deliberado de dar fin a la vida de una persona, producido por voluntad expresa de la propia persona y con el objeto de evitar un sufrimiento.
Fuentes parlamentarias han expresado a LA RAZÓN su extrañeza de que el grupo parlamentario socialista siga adelante con la tramitación de la norma después de registrarse el fallecimiento de más de 500 enfermos diarios por Covid 19 durante las últimas semanas, muchos de ellos sin poder acceder siquiera a las Unidades de Cuidados Intensivos (UCIS) o servicios análogos de críticos como las unidades de reanimación y los quirófanos habilitados de los hospitales por estar colapsados.
Como informó este periódico el pasado 4 de abril, la pandemia de coronavirus convirtió durante semanas los hospitales de casi toda España en grandes mortuorios. Durante el mes de marzo, sólo en los centros sanitarios madrileños fallecieron por coronavirus un total de 3.361 enfermos. Dicha cifra contabiliza las muertes producidas en cualquier lugar de esos centros: desde las urgencias hasta los puestos de observación, pasando por las plantas de hospitalización y las UCIS y otros servicios análogos, como las citadas unidades de reanimación y los quirófanos adaptados. Tras el número subyace una particularidad inquietante. La principal es que incluye los muertos en UCIS y esos servicios afines: en total, 383. La diferencia por tanto entre las personas que fallecieron en el conjunto del hospital y las que lo hicieron en las unidades de críticos arroja un saldo de 3.378. Se trata de los enfermos que perdieron la vida en cualquiera de las plantas sin tener acceso a las UCIS, restringidas para los casos más extremos.
Fuentes sanitarias indican a este periódico que se produjo un triaje por la falta de medios. Los fallecidos en planta, según estas fuentes, no pudieron tener acceso a los respiradores ultrasofisticados de las UCIS, aunque muchos recibieron algún tipo de ventilación y medicación para aliviar su dolor, así como morfina. Las existencias de este sedante escasearon en varios hospitales durante el mes de marzo.
El texto legislativo registrado en el Congreso contempla dos modalidades de aplicaciónde la eutanasia: una consiste en la administración directa al paciente de una sustancia que acelere la muerte por parte del profesional sanitario competente. La otra es que el facultativo la recete para que el enfermo se la pueda autoadministrar.
Otras prioridades
Precisamente, el impacto causado por el coronavirus es uno de los argumentos que ha llevado a la Asociación Española de Abogados cristianos a ejercer el derecho de petición para solicitar al Congreso que amplíe el plazo de presentación de enmiendas a la proposición de Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia, hasta la completa normalización de la actividad parlamentaria, ya que «no existen razones de urgencia que puedan aconsejar su finalización y teniendo en cuenta la prioridad absoluta de la protección de la salud y de la vida de la población».
La presidenta de esta asociación, Polonia Castellanos, denunció la pasada semana que «este Gobierno esté tratando de sacar adelante la eutanasia con más de 17.000 muertos a sus espaldas» cuando, según manifestó, «lo urgente es salvar vidas, no acabar con ellas». «Estamos perdiendo miles y miles de vidas por culpa del coronavirus, estamos viendo cómo nuestros héroes sanitarios se sacrifican día a día para atender a los enfermos, pero Pedro Sánchez y Pablo Iglesias sólo piensan en acelerar el número de muertes acortando los plazos para aprobar la Ley de Eutanasia. El Gobierno no puede aprovechar la crisis del coronavirus para impulsar su agenda proeutanasia», remarcó.
✕
Accede a tu cuenta para comentar