Simón achaca a un «accidente de tráfico» los 4.868 fallecidos de más este año

Pocas, muy pocas personas, si es que a estas alturas queda alguna, se creen ya los datos oficiales que facilita cada día el Ministerio de Sanidad. No cuadra el número de contagiados: cuando aparecían cifras muy elevadas, de repente dejaban de informar de los nuevos casos confirmados en 24 horas por test. Tampoco cuadra el de fallecidos: mientras el Sistema de Vigilancia de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMO) dice un número (30.938 defunciones de exceso de mortandad hasta el 5 de mayo), Sanidad ofrece otra: 26.070, datos que no se acercan ni de lejos a los ofrecidos por los investigadores, al igual que tampoco cuadran los de sanitarios que aporta el Instituto de Salud Carlos III con los que ofrecen los consejos de médicos y de enfermeras. Las cifras son inferiores a las reales. Pero una cosa es el descuadre, y otra lo afirmado ayer por el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, cuando se le preguntó por qué había tanta diferencia entre los datos de fallecidos de los que informa Sanidad con los que da MoMO, que además también depende del citado Ministerio.

¿Coronavirus o infarto?

«No podemos decir a qué se deben esos incrementos. No sabemos si se deben a un accidente de tráfico enorme, si a un incremento de la mortalidad por infartos, si al coronavirus o por cualquier otra enfermedad», espetó sin arrugarse. Vayamos por partes. «No sabemos»... pero deberían saber. Si fuese por un accidente de tráfico enorme, nos habríamos enterado todos, y siempre un Ministerio como el de Sanidad puede preguntar al del Interior para que la Dirección General de Tráfico le facilite los datos. Si se deben al coronavirus, tampoco debería ignorarlo. Y si se provocaron por cualquier otra enfermedad, también. En cuanto a un posible incremento de la mortalidad por infartos, puede ser, pero solo una parte. Y también sería porque los ciudadanos, por miedo a contagiarse, dejaron de ir al hospital, entre otras razones. También otro motivo serían los fallecidos en sus casas, en residencias y en la vía pública a los que no se hizo la prueba por PCR.

Así pues, estas «afirmaciones» no explican por qué hay 4.868 muertes de exceso entre los datos que da MoMO y los del Ministerio. Y mucho menos aún si se compara con otros estudios, porque entre otras cosas, MoMO únicamente representa al 92% de la población española y la serie del Ministerio a todo el país.

Así, el informe publicado recientemente por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), elaborado por Martín Barroso (Universidad Complutense de Madrid), Juan Núñez Serrano (Universidad Autónoma de Madrid), Jaime Turrión (UAM) y Francisco Velázquez (UCM), concluyó a finales de abril que la cifra de muertos por el Covid-19 ascendería a 34.393 en nuestro país, un 46,2% superior a la cifra que entonces daba el Ministerio de Sanidad.

Y tampoco concuerda con el estudio de Rafael Cascón Porres, de la UPM, Miguel Berzal Rubio y Francisco Santos Olalla, que el 29 de abril concluían que el exceso de mortalidad podía elevarse a 42.803 defunciones (de manera directa o indirecta).