Sanidad

Las doce razones por las que Salvador Illa debe dimitir

Sanidad minusvaloró el riesgo, avaló el 8-M, pagó sobreprecios no justificables y manipuló documentos clave

Comparecencia de Salvador Illa ante la Comisión del Congreso
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, durante la última comparecencia este jueves ante la comisión del Congreso sobre la pandemiaSebastián MariscalEFE

Salvador Illa y sus altos cargos forman parte ya de la historia negra del Ministerio de Sanidad. Dos meses y medio después del estallido de la pandemia existen razones más que evidentes para que dimitan y dejen paso a gente más capaz.

¿Por qué deberían hacerlo? Por engañar a la población y minusvalorar el riesgo al principio de la crisis; por permitir que el 8-M se celebraran manifestaciones feministas y otros eventos que multiplicaron los contagios; por borrar documentos que acreditan que Sanidad conocía el peligro de lo que se avecinaba o alterarlos; por manipular las cifras de fallecidos para que al final salgan la mitad de los que han sido realmente; por comprar tarde y a veces con sobreprecios vergonzosos materiales que en algunos casos eran incluso inservibles para las UCIS y los profesionales; por no garantizar la protección de estos con el resultado de que España sea el país con mayor número de sanitarios infectados del mundo; por despreciar al Parlamento vetando la comparecencia de altos cargos claves; por no haber tenido la decencia de pisar un hospital; por negar avances a regiones como Madrid con criterios políticos y justificaciones elaboradas después de adoptar la decisión; por no presentar informe firmado por científico alguno; por destrozar la economía con reacciones tardías y desproporcionadas y por avalar la exportación de materiales a Cuba y otros países cuando aquí faltaban. En definitiva, por hacerlo todo mal.