Medicina

La reapertura de las clínicas de medicina estética tras su cierre por el COVID-19

Esta rama de la medicina es muy importante para la sociedad, por lo que hemos entrevistado a la doctora Cristina Villanueva, un referente entre los profesionales de la medicina estética.

Doctora Cristina Villanueva
Doctora Cristina VillanuevaArchivo de la Clínica Dra. Villanueva

La doctora Cristina Villanueva, con más de veinticinco años de experiencia en la medicina, es especialista en cirugía plástica, estética y reparadora en medicina estética. Su pasión por estas disciplinas la llevó a iniciar, hace ya ocho años, su proyecto propio, la clínica Dra. Villanueva, en la que ofrece a sus clientes tratamientos personalizados con la garantía que acredita su trayectoria profesional en la medicina. Tras semanas de inactividad debido a la crisis sanitaria del COVID-19, su clínica de medicina estética, como muchas otras, ha reabierto. Queríamos conocer cómo está afrontando el camino hacia la «nueva normalidad», ya que es un referente en la medicina, para lo cual nos ha concedido esta entrevista.

Pregunta: La clínica Dra. Villanueva, después de dos meses cerrada, abre sus puertas gracias al avance de la desescalada en Barcelona. ¿Cómo está siendo la reapertura? ¿Los pacientes acuden con normalidad?

Respuesta: Para nosotros, gracias a las medidas de seguridad que tomábamos de forma habitual, no ha sido difícil adaptarnos a la nueva situación. La mayor diferencia que notan nuestros pacientes es que los tiempos están más reglados para no tener que hacer uso de la sala de espera. Así mismo, son conscientes de que en nuestra clínica siempre van a estar atendidos por profesionales médicos, así que acuden con normalidad, a excepción de algunas personas mayores que, como colectivo de riesgo ante esta enfermedad aún bastante desconocida, prefieren esperar.

P. Además de las medidas de seguridad ya habituales en su clínica, ¿ha puesto en marcha otras adicionales? ¿Podría decirnos en qué consisten?

R. Efectivamente, se han implementado diferentes medidas de seguridad complementarias, por ejemplo, ahora se facilita nada más entrar a los pacientes guantes, mascarillas y cubrezapatos, que unido al EPI –equipo de protección individual– que utilizamos todo el personal de la clínica y que se renueva y desinfecta tras cada paciente garantiza el protocolo de seguridad. Asimismo se ha instalado una mampara en la zona de recepción que, aunque rompe con nuestra anterior política de crear un ambiente cálido y cercano, es un medio de protección más con el que queríamos contar. También se les hace un screening telefónico antes de que vengan y se les toma la temperatura cuando se les recibe.

Por otro lado, el personal se ha sometido al test del COVID-19 y el resultado ha sido negativo. No obstante, estas pruebas las repetiremos cada semana para asegurarnos de que nuestros pacientes no estén expuestos a ningún peligro. Con estas medidas, nos cercioramos de que la clínica siga siendo un espacio totalmente seguro.

P. Esta situación está provocando situaciones de estrés emocional. ¿Puede repercutir de algún modo en nuestra piel? ¿Cree que va a haber un cambio en los tratamientos más demandados?

R. El estrés afecta a la piel, igual que la mala alimentación y durante el confinamiento se ha disparado el consumo de harina refinada y productos con excesiva presencia de azúcar. Para combatir esto, hay tratamientos que aplicamos a diario en nuestra clínica. En un momento así, sentirse bien con uno mismo es fundamental. La idea de una peor apariencia corporal puede generar problemas psicológicos que agraven la situación. La medicina estética contribuye mejorando el aspecto físico, que repercute, a su vez, en un mejor estado anímico.

Con respecto a la segunda pregunta, no creo que vayan a cambiar demasiado. El rostro va a seguir siendo la zona más cuidada, pero tendrá mayor importancia la frente y el contorno periocular porque es la parte que más vamos a mostrar por el uso obligatorio de las mascarillas. Por otro lado si que he observado un aumento de la demanda de tratamientos de hidratación, puesto que los guantes, así como el uso constante de hidroalcoholes y la mascarilla provocan sequedad en la piel.

Tras la entrevista, es palpable la dedicación y la pasión con la que esta doctora trabaja, sin duda, factores esenciales que le han servido para adaptarse a la «nueva normalidad» y continuar, de esta forma, ofreciendo lo más importante: confianza y seguridad a sus pacientes.