LGTBI
Matrimonio igualitario, 15 años de orgullo
Hoy, día del orgullo LGTBI, aprovecho este espacio para sumarme a su conmemoración, y con ello recordar los 15 años de la aprobación en España de la ley del matrimonio igualitario. Ese día, en nuestro país, dejaron de existir ciudadanas o ciudadanos de segunda por amor. Se eliminó la homofobia de nuestra legislación en materia de matrimonio y se amplió el concepto de familia y su protección. Entonces España fue pionera en la conquista de derechos civiles y libertades. Hoy continúa liderando los esfuerzos internacionales en la materia. Siento verdadero orgullo de haber puesto mi pequeño granito de arena, como ponente de esta emblemática ley, a que España sea uno de los países más seguros del mundo para la comunidad LGBTI y de los más respetuosos e inclusivos respecto a la diversidad.
Hace 15 años éramos conscientes de que aquel día estábamos haciendo historia, y de algo más importante, de que estábamos abriendo camino. España se sumó a Bélgica, Holanda y simultáneamente a Canadá en igualar el matrimonio para las personas homosexuales. Lo hizo de forma valiente y con un compromiso firme con la igualdad. Llamándolo matrimonio e incluyendo la adopción conjunta de hijos e hijas.
Fue un día de felicidad compartida, en el cual es necesario reconocer todo el trabajo de los y las activistas. Y especialmente recordar a Pedro Zerolo como una de esas personas imprescindibles sin las cuales no se entiende la aprobación de la ley. Hace 15 años se entrelazaron la bandera de España y la arcoíris, y como dijo Zapatero en el Congreso, «España se convirtió en un país más decente». Muchas personas pudieron, y pueden, llevar hacia delante su proyecto de vida y ver sus familias protegidas. Por ello, recordar hoy la aprobación del matrimonio es necesario para seguir avanzando. Debemos seguir trabajando por la igualdad real y efectiva. Por qué la diversidad sexual esté presente en las aulas, y los niños y niñas, adolescentes y jóvenes tengan referentes positivos y no sufran el acoso escolar. Y por qué la persecución, e incluso la pena de muerte, por ser homosexual o transexual existe aún en demasiados países.
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