Gonzalo Guerra Azcona, director médico y cirujano general y digestivo del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas, ha resaltado que el lavado de manos antes de manipular alimentos y un exhaustivo lavado de frutas y verduras pueden evitar intoxicaciones alimentarias e, incluso, infección por COVID-19. “Una persona, de manera inconsciente, se toca la cara entre 3-5 veces al minuto (se sabe que el COVID-19 se transmite por contacto con ojos, nariz y boca). Además, el tacto es uno de los principales sentidos que utilizamos a la hora de manipular cualquier alimento que vayamos a cocinar. Se sabe que los alimentos cocinados no transmiten el virus, pero sin embargo sí pueden transmitir infecciones bacterianas conocidas por todos”, explica el experto. El calor del verano es propicio para que bacterias como la ‘Salmonella’, el ‘E. Colli’ o el ‘Estafilococo’ puedan propagarse con mayor facilidad. Estas bacterias pueden estar presentes en frutas, verduras, carnes, pescados y lácteos. Y la contaminación puede producirse desde el origen (granja o huerta), pasando por el proceso de envasado, hasta que llegan a nuestra boca (mercado o restaurante). Los microorganismos tóxicos, por ejemplo, en frutas y verduras pueden haber llegado por haber estado regadas con aguas contaminadas o porque han estado en contacto con excrementos animales. “Este año además tenemos que tener especial cuidado a la hora de lavarlas y si es posible sumergirlas en productos desinfectante y viricidas aptos para frutas y verduras para evitar también un posible contagio por COVID-19, ya que en muchos casos se consumen crudas en forma de ensaladas o gazpachos”, detalla Guerra Azcona. Si es posible, hay que sumergirlas en productos desinfectante y viricidas aptosEn el caso de los alimentos cocinados, que acaban con el virus al superar temperaturas superiores a 60º, hay que tener en cuenta que no se hay producido una ruptura en la cadena del frío, desde que se cosecha, captura, vende y cocina, ya que pueden ser el caldo de cultivo de bacterias que pueden provocar enfermedades como la gastroenteritis aguda. “Las principales bacterias que afectan a la salud a través de la alimentación son ‘Salmonella’, ‘E. Colli’ o el ‘Estafilococo’, aunque existen otras más graves, que no detectadas a tiempo pueden llegar a tener consecuencias fatales, como es el caso de la infección por la bacterias Clostridium botulinum” añade el director médico de CMED. Aunque el principal problema digestivo asociado a la alimentación en verano son las gastroenteritis agudas, que suelen desaparecer de manera espontánea pasados 2-3 días mediante hidratación y dieta astringente, el experto anima a acudir al especialista si los síntomas no desaparecen pasado este tiempo o si se agravan. Ep