Salud
Los sanitarios merecen el tributo de toda la sociedad por su entrega
El balance de infección y muerte entre los trabajadores de la Sanidad desde el estallido de la pandemia es desolador
A lo largo de los últimos cuatro meses y medio los sanitarios han librado una lucha sin cuartel desde todos los niveles asistenciales para frenar el avance del coronarivus. Lo han hecho con una entrega, sacrificio y abnegación admirables, que nunca serán suficientemente recompensados. En la mayor parte de los centros de salud y hospitales prestaron incluso atención a la avalancha de infectados que les llegaba sin los equipos de protección adecuados, jugándose la vida. Con su trabajo, lograron contener la pandemia y minimizar de alguna forma el daño, aunque el saldo que arroja la nueva enfermedad es desolador.
Tras la primera oleada de SARS-CoV-2, España es el tercer país del mundo con mayor número de fallecidos por millón de habitantes, sólo por detrás de Bélgica y Reino Unido. Si nos atenemos a las cifras reales que el Gobierno aún se niega a dar –las que sí recogen el Instituto Nacional de Estadística (INE) o los registros civiles–, nuestro país sería el que acumula una mayor mortalidad de todo el planeta. El parte de esta guerra entre el personal que trabaja en los centros sanitarios no resulta menos fúnebre. Con cerca de 50.000 infectados y, posiblemente, más de un centenar de víctimas, nuestro país también lidera las estadísticas más negras a nivel mundial.
Estos y otros motivos han sido los que han llevado a LA RAZÓN y a su suplemento sanitario A TU SALUD, el decano de los que existen en la prensa española sobre Sanidad, a rendir tributo a todos los profesionales del sector que han participado en la lucha contra la Covid-19. En un acto entrañable celebrado en la sede de la Comunidad de Madrid bajo la presidencia de Isabel Díaz Ayuso, el periódico quiso homenajearles y hacer entrega de una placa de reconocimiento a sus más altos representantes.
Acudieron, por ejemplo, los presidentes de los consejos generales de médicos, farmacéuticos y enfermería, y de los colegios de estas profesiones en Madrid. También lo hicieron los dirigentes de algunas de las principales sociedades científicas de ámbitos o especialidades como la atención primaria, las urgencias, la medicina interna y la neumología, la medicina intensiva o la anestesiología. Estuvieron también los sindicatos médicos, muy activos en esta crisis, y los máximos responsables del Summa, Ifema y la Unidad Militar de Emergencias (UME). También fueron homenajeados la sanidad privada, clave en en la descarga de los hospitales públicos durante la pandemia, y la industria farmacéutica innovadora y de genéricos, así como la industria tecnológica. La entrega de todas las empresas fabricantes o distribuidoras de medicamentos y productos sanitarios a lo largo de la crisis fue impagable; mucho mayor de lo que nadie pueda pensar.
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