Salud

Consejos para proteger tus ojos del daño solar

La exposición a la luz solar brillante puede incrementar el riesgo de desarrollar cataratas, tumores en el ojo, incluyendo cáncer

Evitar frotarnos los ojos, no secarnos con toallas ajenas, mantenerlos hidratados y utilizar gafas para el baño y el sol es fundamental
Evitar frotarnos los ojos, no secarnos con toallas ajenas, mantenerlos hidratados y utilizar gafas para el baño y el sol es fundamentalUnsplash

Todos utilizamos protector solar para proteger a nuestra piel del daño del sol, pero, ¿qué pasa con nuestros ojos? ¿Todos utilizamos gafas de sol? La verdad es que no, aunque por suerte su uso está cada vez más extendido, y es que durante el verano pasamos más tiempo al aire libre que en otras épocas del año, por lo que debemos proteger más que en otras fechas a nuestros ojos. Según advierte la Academia Americana de Oftalmología (AAO, por sus siglas en inglés), la exposición a la luz solar brillante puede incrementar el riesgo de desarrollar cataratas, tumores en el ojo, incluyendo el cáncer, o incluso degeneración macular relacionada con la edad. “El riesgo es el mismo al utilizar camas de rayos UVA, por eso también debe asegurarse de proteger sus ojos contra las luces ultravioleta en interiores”, avisa.

Es tal el perjuicio que el sol puede hacer en nuestros ojos en verano (y también en invierno) que, en esta misma línea, el jefe de servicio de Oftalmología de Quirónsalud Huelva, el doctor Rafael Gil Piña, destaca que los reflejos de los rayos del sol en el agua o en la nieve aumentan el poder nocivo de las radiaciones solares hasta un 80%. “Por este motivo, siempre deberíamos protegernos los ojos de la luz solar, sobre todo en la playa, en la alta montaña, y en los sitios donde las radiaciones sean mayores, más si existen patologías degenerativas previas, utilizando un filtro para la luz que sólo se consigue con gafas de sol, ya que las lentes de contacto no llevan filtros”, subraya.

Según explica, si tomamos el sol sin protección, se pueden producir daños fundamentalmente en la córnea, en el cristalino, y en la retina:

*En la córnea se pueden producir queratitis, cuyos síntomas son sensación de arenilla, escozor, fotofobia, dolor, y hasta pérdida de visión.

* En el cristalino, y especialmente en ojos con cataratas, se puede producir un gran aumento de la fotofobia, que incapacita para estar en zonas con mucha luz. De hecho, hay un tipo determinado de cataratas relacionado con la prolongada exposición a la luz solar.

* En la retina, y en casos severos, pueden producirse lesiones, sobre todo maculares, provocando mayor pérdida visual.

* Del mismo modo, pueden producirse algunas lesiones corneo-conjuntivales, como el ‘pterigium’, que aumentan con la exposición a la luz ultravioleta del sol.

“Este tipo de patologías son más frecuentes en adultos que en niños, ya que en su mayoría son patologías degenerativas a causa de la edad. Afectan más a los ojos claros, ya que el color del iris lo da la cantidad de pigmento que tiene, de forma que cuanto menos pigmento, más claros los ojos, y habrá por tanto un menor efecto de protección contra la luz solar”, señala el jefe de servicio de Oftalmología de Quirónsalud Huelva. En este contexto, y ante cualquier síntoma por daño solar, Gil Piña recomienda pedir cita en la consulta del oftalmólogo y sin temor al contagio en esta pandemia, puesto que hoy en día los centros sanitarios han diseñado circuitos limpios de coronavirus y, en el caso concreto del Hospital Quirónsalud Huelva, dice que éste cuenta con la certificación ‘Applus+ Protocolo Seguro frente al Covid-19’, que corrobora que el centro cumple con los estándares más exigentes de desinfección en esta pandemia.

CÓMO ESCOGER UNAS BUENAS GAFAS

Con todo ello, y atendiendo a la necesidad de hacerse con unas gafas de sol, el experto recuerda que éstas nos protegen del daño solar a través de dos mecanismos: “Por un lado se encontraría el tinte de la lente, ya que al oscurecer la lente nos protegemos de la luz directa (el espectro visible); pero hay una radiación invisible para el ojo humano, y que es la más dañina (la ultravioleta UVB y UVA), que de ella nos protege el filtro de la lente (las gafas no homologadas tienen un color oscuro pero no poseen filtro ultravioleta)”.

Así, y por ello en primer lugar, el oftalmólogo aconseja que las gafas de sol sean compradas en un establecimiento especializado, ya que el filtro de protección UV no está presente en la mayor parte de las gafas de sol compradas en mercadillos, o en tiendas de ‘todo a un euro’, que venden ejemplares en muchos casos que incluso “pueden resultar peligrosas para la visión”.

El ojo humano tiene un mecanismo natural para protegerse de la radiación solar. Ante mayor cantidad de luz, las pupilas se contraen; mientras que, en la oscuridad, las pupilas se dilatan. De ahí el riesgo de utilizar unas gafas no homologadas, las pupilas se dilatan por encontrarse en un ambiente más oscuro gracias al tinte de la lente, y al no proteger contra los rayos UV, dejan pasar el doble de radiación nociva que, si no las llevásemos puestas”, agrega el experto de Quirónsalud Huelva.

Es más, dice que debemos tener en cuenta a la hora de elegir unas gafas solares que cuenten con cristales polarizados a poder ser, ya que estos nos protegen contra los reflejos del Sol. “Es importante también que cuenten con un filtro adecuado que nos proteja de la radiación nociva del sol. El color de la lente filtra la luz, actúa como una cortina, puede ser más o menos tupida, una cosa es la protección frente a los rayos UV y otra es filtrar la luz para evitar molestias”, matiza el oftalmólogo.

Además, recuerda que existen 5 categorías de filtro, clasificadas del 0 al 4. A juicio del doctor Gil, es recomendable el empleo del filtro 3 porque “dejan pasar entre un 8-18 % de luz, que es suficiente para la mayor parte de los casos con luz intensa”. En el caso de la categoría 4, ésta asegura que sería la indicada para los deportes de nieve, alpinismo o en el desierto, aunque eso sí, remarca que éstas “no son aptas para conducir”.

Finalmente, desde la AAO ven esencial usar un sombrero para proteger a nuestros ojos de los daños del sol, y especialmente los de ala ancha, porque proporcionan la mejor protección para los ojos. “No permita que las nubes lo engañen. Los rayos solares pueden atravesar la neblina y las nubes de poco espesor. El daño en los ojos provocado por el sol puede ocurrir en cualquier época del año, no sólo en verano. Por eso, asegúrese de utilizar gafas de sol siempre que se encuentre al aire libre. Nunca mire directamente hacia al Sol. Tenga especial cuidado durante las horas pico del sol. No se olvide de los niños ni de las personas mayores en la familia. Todos están expuestos al riesgo, incluyendo niños y personas mayores. Proteja sus ojos con sombreros y lentes de sol”, sentencia.