Covid-19

El 71% de enfermos crónicos ha sufrido síntomas de Covid-19

Sin embargo, el miedo al contagio ha hecho que no acudieran al médico durante el estado de alarma.

Los enfermos crónicos han sido uno de los colectivos más afectados por la pandemia debido, tanto al mayor riesgo de contraer el virus y desarrollar la enfermedad de forma severa, como al impacto que ha tenido la “desatención” de muchas terapias en todos los ámbitos sanitarios (hospital, centros de salud, centros privados y atención a domicilio). Uno de los datos más llamativos relacionados con esta situación, ha sido el retraso del diagnóstico de enfermedades graves como los ictus o los infartos, que disminuyó entre un 40 y un 50% durante el estado de alarma.

Según el Estudio del Impacto de la Covid-19 en las personas con enfermedad crónica, elaborado por la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), el 71% de las personas con alguna patología crónica asegura que, durante el estado de alarma, ha padecido síntomas relacionados con el Covid-19, si bien el 23% reconoce que no ha acudido a un centro sanitario por miedo a contagiarse del virus. Otras conclusiones relevantes de este estudio son que al 91,6% no se les ha realizado un PCR, a pesar de ser población de riesgo y, de entre los que sí se han hecho la prueba, el 7,4% dio negativo y, el 1%, positiva. Asimismo, tal y como ha explicado la directora de la POP, María Gálvez, al 69% de los enfermos crónicos se les ha cancelado una consulta programada antes del estado de alarma, si bien en el 54,3% de los casos se les ha seguido a través del teléfono, el 16% por correo electrónico y sólo un 2,5% video-consulta. Al mismo tiempo, el 80% ha reconocido que tuvo alguna dificultad para conseguir su tratamiento durante el confinamiento, y sólo el 10,5% lo recibió en su domicilio.

Brecha de género

Una de las conclusiones más llamativas del trabajo es que se observa una “importante” brecha de género en el impacto de la pandemia en la percepción de su salud. Y es que, mientras que el 21,1% de los hombres la ha calificado de mala, el porcentaje aumenta hasta el 78,9% en el caso de las mujeres. Igual ocurre cuando se les pregunta por si consideran que durante el estado de alarma han empeorado su estado de salud, dado que mientras que el 20,5% de los hombres asegura que sí, entre las mujeres el porcentaje se incrementa hasta el 79,5%. En relación al trabajo, el 75% de las mujeres encuestadas han tenido que acudir de forma presencial a su puesto de trabajo (frente al 25% de los hombres), y el 48,7% ha estado “preocupado/a” por no poder asumir los gastos, especialmente las mujeres.

Estado emocional

Otro de los aspectos importantes que ha mostrado el trabajo es que el 64,5% de los pacientes afirma no haber recibido información específica sobre medidas preventivas durante el estado de alarma, lo que les ha generado “mucha incertidumbre y preocupación”. El estudio ha alertado también de que los sentimientos negativos durante el estado de alarma han aumentado en 40 puntos porcentuales, respecto a antes de la crisis, así como la dificultad para conciliar el sueño o las preocupaciones sobre su estado de salud. Como consecuencia de todos estos datos, la presidenta de la POP, Carina Escobar, ha destacado la necesidad de mejorar los sistemas de información y atención a los pacientes; potenciar el trabajo entre la Administración, las asociaciones de pacientes y los agentes sanitarios; garantizar y mejorar el acceso a los tratamientos; mejorar los recursos en Atención Primaria; potenciar la tele-consulta, pero “sin sustituir” a las consultas presenciales; permitir a los enfermos crónicos tele-trabajar; aumentar el apoyo psicológico de estos pacientes; atender a los cuidadores; garantizar equipos de protección para los profesionales sanitarios; y mejorar la concienciación ciudadana sobre las enfermedades crónicas.

Perfil del paciente crónico

El trabajo, para el que se ha entrevistado de forma on linea 529 personas, ha incluido a afectados por 31 patologías crónicas: el 30,4% de los participantes tenían una enfermedad cardíaca, el 11,4%, artrosis, el 9,5%, un problema de salud mental y el 6,8% diabetes, entre otras. Asimismo, el 76,9% tenía más de una enfermedad crónica y el 23,8% necesitaba a un cuidador informal (un familiar) para poder realizar sus actividades diarias, especialmente las mujeres.