Realmente, ¿necesitáis “salir de fiesta”?

Desde el inicio de la nueva normalidad, el peso de los datos apunta a los más jóvenes como potenciales responsables del surgimiento de rebrotes. A su edad y su supuesta “inmadurez”, se suman una serie de factores que les hacen más “peligrosos” que resto de la población: una menor percepción del riesgo, una falsa sensación de omnipotencia y la presión del grupo. Esta última es la que motiva actitudes de riesgo como no llevar mascarilla cuando se sale “porque los amigos no la llevan” o ir a lugares con aglomeraciones, aunque la recomendación sea evitarlos, porque “todos los compañeros van”. Como consecuencia, el número de afectados entre 15 y 29 años es, actualmente, el triple que el de personas entre 60 y 69 años o de entre 70 y 79,y las causas apuntan, directamente, a su tipo de ocio “masivo”: “botellones”, bares, discotecas, eventos o fiestas privadas, entre otros.

En este contexto, el director de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud, Mike Ryan, ha vuelto a dirigirse a los jóvenes para pedirles que actúen con responsabilidad. “Preguntaos si necesitáis ir a esa fiesta, a esa discoteca... si la transmisión comunitaria es baja, el riesgo también lo es; pero en zonas donde es alta, todo el mundo está en peligro”, ha advertido en una sesión con preguntas de internautas emitida a través de las redes sociales. ”Necesitamos trabajar juntos para reducir los riesgos, y los jóvenes tienen un importante papel para que la transmisión baje. Mientras las poblaciones de mayor edad siguen actuando con mucha cautela, la juventud, con ganas de regresar a la normalidad social, es ahora un importante vehículo de transmisión”, añade.

Ocultar información

Aunque el experto hace especial hincapié en la importancia de “evitar la búsqueda de culpables”, sí critica a quienes rehúsan dar información de contacto o sobre su estado de salud en el contexto de la actual pandemia. Con esto, hace referencia a numerosas situaciones que se han dado en distintos países, en las que los que jóvenes asistentes a eventos o lugares donde se ha producido un brote se han negado a dar datos de contacto de sus amigos a los rastreadores, o incluso han dado nombres falsos. “Algunos tienen miedo de que sus amigos sepan que son un caso positivo, pero en la lucha contra el virus es importante que, cuando un problema ocurra, nos involucremos y participemos todos en su solución”, explica Ryan. Por otro lado, ha pedido a las autoridades que “creen ambientes para que las actividades de la juventud sean seguras y se reduzca el riesgo de transmisión”.

Falsa seguridad

En España, más del 60% de los nuevos positivos en los más de 120 focos activos de Covid-19 son jóvenes y asintomáticos. Gracias a esto último, si los contagios siguen subiendo en ese tramo de edad, el impacto sobre el sistema sanitario será menor, y no se repetirá una situación como la vivida. Entre las potentes razones por las que los jóvenes deben recapacitar sobre su irreal “patina” de inmortalidad se encuentra que, aunque los casos en personas de menos de 30-35 años suelen ser menos graves, existen las excepciones, especialmente en personas con dolencias crónicas u otros problemas de salud. Además, la mayoría de ellos vive con sus padres o familiares, por lo que el riesgo para ellos sigue siendo elevado.