Marta Villanueva, directora general de la Fundación IDIS

“Hay demagogia tintada de intereses que subestiman a la Sanidad privada”

La Fundación IDIS acaba de lanzar un manifiesto por una mejor Sanidad

Inmersos en plena pandemia de la Covid-19, la Fundación IDIS acaba de lanzar un manifiesto por una mejor Sanidad con diez claves para lograr un sistema sanitario eficaz, eficiente y equitativo. Entrevistamos a Marta Villanueva, directora general del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad, Fundación IDIS para desgranar esta nueva estrategia.

-¿Qué es lo que falla en nuestro sistema?

-Adolece de una adecuación a las necesidades que impone la realidad social. Vivimos un cambio sociodemográfico en el que el incremento de la esperanza de vida, el envejecimiento y la cronicidad asociadas son evidentes, al igual que lo son las necesidades de inversión crecientes en innovación, las nuevas formas de enfermar y las patologías emergentes o los atributos inherentes a la medicina actual (preventiva, poblacional, participativa, personalizada, predictiva y precisa) entre otros.

-¿Cuáles han sido los fallos más graves que se han cometido durante esta pandemia?

-De esta pandemia hemos aprendido muchas lecciones y se han cometido aciertos y errores de los que destacaría dos. En primer lugar, el de la politización del mensaje con una escasa voz y espacio concedido a los expertos que son quienes saben de medicina, y después, el de la coordinación en cuanto a las medidas a implementar en cada territorio, en la comunicación a la población, en el impulso a las sinergias cooperativas o colaborativas intersectoriales más evidentes y en las ayudas urgentes a quienes más están sufriendo, nuestros mayores, por el impacto vital y quienes lo están perdiendo todo por el impacto económico, viabilidad y futuro.

-¿Hemos aprendido de los errores para esta segunda oleada?

-A la vista está. Hemos avanzado en el conocimiento de la enfermedad, en la búsqueda y hallazgo de soluciones provenientes del enorme esfuerzo investigador, pero continuamos observando carencias en los aspectos que acabo de comentar. Hay un silogismo que por su sencillez no deja de ser evidente, sin salud no hay economía, pero sin economía no hay salud. Tenemos que saber conciliar ambos conceptos para afrontar el futuro de la forma más exitosa posible y ya de paso cuidar a quienes nos cuidan, es decir, a los profesionales sanitarios que lo están dando todo en beneficio de todos.

-¿La pandemia ha hecho más urgente este manifiesto?

-En la Fundación IDIS trabajamos desde sus comienzos por una mejor sanidad para todos, de hecho nuestros hashtags desde hace un tiempo son #QueremosLaMejorSanidad y #TodosSumamos. Fruto de la idiosincrasia de estos dos conceptos surge el manifiesto que acabamos de lanzar y al que pedimos que se sume la población. Desarrolla diez principios que no entienden ni de política ni de adscripciones políticas porque sanidad sólo hay una, buena, regular o mala. El documento tan sólo trata de señalar los puntos cardinales sobre los que trabajar para disponer de un sistema sanitario y sociosanitario óptimo y acorde con las necesidades de la población.

-Ese manifiesto habla de equidad, eficiencia y colaboración, entre otras claves. ¿Cómo se puede lograr ese gran reto?

-Haciendo las cosas lo mejor posible y contando con todos. El uso de todos los recursos disponibles, con independencia de su titularidad pública o privada, es clave para evitar duplicidades en pruebas y consultas e ineficiencias y por lo tanto gastos que a la postre terminan desbordando la suficiencia financiera del sistema. Una cooperación estratégica, constante y abierta facilitaría además la proximidad a la tecnología y la innovación más vanguardista a toda la población.

-Los profesionales también tienen un punto en este manifiesto. ¿Qué estrategias son necesarias para evitar conflictos laborales en Sanidad?

-Tener en cuenta a los profesionales y a los pacientes en la construcción, arquitectura y desempeño del nuevo sistema sanitario que precisamos. El manifiesto aboga por un modelo abierto a la reforma que lo acompase a las necesidades reales de la población y ofrezca soluciones ágiles y eficaces a los problemas y retos que van surgiendo constantemente.

-¿Qué puede y debe aportar la Sanidad privada en ese cambio de rumbo?

-Todo el valor que viene aportando y queda recogido en los informes que anualmente publicamos. Descargar de presión financiera y asistencial al sistema a través de la promoción del seguro de salud, acercar y facilitar el acceso a la innovación, contribuir a la investigación de nuevas soluciones diagnósticas y terapéuticas, poner la atención en la calidad efectiva, en los resultados de salud cuantitativos y cualitativos, en la formación y en el empleo de profesionales altamente cualificados, además de representar un elevado peso en el sector productivo son los ejes que determinan nuestra contribución a generar un sistema viable, sostenible y con vocación de liderazgo.

-¿Se subestima el potencial de la Sanidad privada?

-Creo que hay politización en el mensaje y a veces una cierta demagogia tintada de intereses que desde luego no obedecen a la realidad de la sociedad como hemos demostrado con la reciente encuesta realizada por Sigma Dos a la población que no tiene un seguro de salud privado. El interés del ciudadano está en disponer de la mejor sanidad con independencia de la titularidad y con los atributos que determina nuestro ordenamiento jurídico, y en ese sentido, la agilidad, la prontitud en el acceso, la equidad, la cohesión, los resultados sanitarios, sociosanitarios y de salud son clave.

-La financiación es otro de los grandes puntos que incluye el manifiesto, pero ahora eso parece un reto aún más difícil con la crisis actual. ¿Cómo podría alcanzarse ese objetivo de gestión económica adecuada?

-Sin duda con dos premisas: mejorando la eficiencia y la efectividad en todas las actuaciones, haciendo bien las cosas correctas y dotando de un mayor presupuesto a la sanidad teniendo como referente la media de los países de Europa; ello requiere incrementar la inversión en Sanidad en al menos dos puntos sobre el PIB.