Coronavirus
¿Es seguro someterse a una operación con la pandemia?
Los expertos piden medidas para incrementar su actividad un 120% este año y dar salida a las cirugías aplazadas por la Covid-19
La crisis sanitaria generada por la Covid-19 y el colapso sufrido por los hospitales durante la primera ola ha generado, en no pocas personas, desconfianza en los centros sanitarios por miedo al contagio.
Si bien es cierto que durante los primeros meses de la pandemia hubo que aplazar muchas intervenciones, ahora, ante la pregunta de si los quirófanos son seguros, la respuesta de los expertos no deja lugar a dudas: «Sí, lo son. A día de hoy tengo más posibilidades de contagiarme fuera del hospital que dentro. Se toman muchas medidas para que el paciente esté seguro», asevera Salvador Morales, presidente de la Asociación Española de Cirujanos (AEC) y jefe de la Unidad de Innovación y Cirugía Mínimamente Invasiva del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. «Son más seguros incluso que antes, de hecho ahora hay menos infecciones nosocomiales (infecciones hospitalarias) por las medidas tomadas anticovid», continúa.
«Los hospitales son seguros y, si se llama a un paciente para someterse a una intervención quirúrgica es porque ésta se puede hacer con todas las garantías. Si las cosas se ponen mal no le llamamos y sólo se atienden urgencias vitales o casos graves», coincide Javier García Fernández, presidente de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (Sedar), y jefe del Servicio de Anestesia y de Cuidados Críticos del Hospital Puerta de Hierro de Madrid.
«Lo fundamental es que hemos tenido que reaprender a tratar a pacientes Covid y no Covid a la vez con seguridad», añade García, quien explica que las circunstancias actuales no son como las de esta primavera: «No es lo mismo tener entre un 5% y un 20% de actividad Covid del total del hospital, que se sigue manteniendo más o menos la actividad normal que a partir del 25% de pacientes Covid, que la actividad quirúrgica se empieza a ver afectada, porque las UCIS se ocupan con pacientes con coronavirus y se cancelan operaciones, como pasó en la primera ola».
Nuevo protocolo
Para asegurar la seguridad de los quirófanos y seguir avanzando en toda la actividad programada, la AEC y la Sedar han creado un protocolo en los mismos, llamado «Recomendaciones para la programación de cirugía en condiciones de seguridad durante el periodo de transición de la pandemia Covid-19», teniendo en cuenta el escenario específico del hospital, la epidemiología del área, el riesgo del paciente y del procedimiento.
Entre las principales medidas que recoge el documento destaca la reducción del número de consultas presenciales prequirúrgicas mediante la potenciación de consultas telemáticas o la inclusión de expertos en coronavirus en la comisión quirúrgica de cada hospital. Estos expertos comprobarán la idoneidad de la indicación en cada paciente, la verificación del estatus Covid-19 de dicha persona que se va a operar (mediante PCR) y la disponibilidad de recursos materiales y humanos para cada intervención quirúrgica.
También la identificación de un circuito independiente para cirugía programada en un entorno libre de Covid-19 (de esta forma, se evita la infección entre pacientes, de pacientes a profesionales sanitarios y viceversa), la cirugía programada por un equipo que mantiene de forma estricta las normas de seguridad para evitar contagios, la reorganización de la actividad de profesionales para la atención perioperatoria. Por último, una vigilancia activa y separación del circuito de cirugía y el aislamiento de aquellos infectados que desarrollen síntomas o signos compatibles con Covid-19.
Recuperar el ritmo
La pandemia provocó una reducción significativa de la actividad en quirófanos y, con ello, un aumento de las listas de espera para intervenciones quirúrgicas. Según un informe realizado por la Secretaría General de Salud Digital, Información e Innovación del Sistema Nacional de Salud de España, más de un 33% de pacientes que están actualmente esperando una intervención lleva más de seis meses.
«Para ponernos a los niveles de antes de la pandemia necesitamos incrementar durante un año las cirugías entre un 20% y un 30%», asegura Morales. Y es que, durante el pico de las 12 semanas iniciales de pandemia, se cancelaron, según un estudio de «BMJ» más de 28 millones de operaciones en el mundo, lo que supone una ratio del 72% respecto al mismo periodo del año anterior. Aun así, se tardaría una media de 45 semanas en recuperar la actividad perdida durante el pico de la pandemia.
Y para conseguir este aumento, continúa, «los quirófanos no pueden estar cerrados por las tardes, y también hay que operar los fines de semana. Tenemos que romper la línea roja que separa la Sanidad pública y la privada y colaborar, como ya se está haciendo en Andalucía, y derivar a estos las operaciones que no se puedan hacer en los públicos». «Es factible si hay inversión, es cuestión de gestión. Habría que aumentar las plantillas, pero a nivel de los profesionales hay voluntad de seguir arrimando el hombro», añade.
También el presidente de la Sedar lo ve necesario: «En la primera ola se generaron camas extra en las UCIS de anestesia (que son en las que se atiende a los pacientes tras someterse a una cirugía), gracias a las cuales, en algunos casos llegamos a triplicar el número de las disponibles en situación normal. Es por eso que pedimos ahora que estas camas no se destruyan y que se usen para aumentar la actividad quirúrgica y poder, en 2021, mantener una actividad en los quirófanos del 100% o incluso el 120% para dar salida a las cirugías que se han tenido que aplazar».
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