Coronavirus

La nueva mentira de Illa y Simón a cuenta de la cepa británica

Además de gestionar de pena esta crisis, Sanidad miente de forma sistemática

BARCELONA, 16/01/2021.- El ministro de Sanidad, Salvador Illa, analiza la situación epidemiológica en España durante una rueda de prensa convocada este sábado, en la Delegación del Gobierno en Barcelona. EFE/Marta Pérez
BARCELONA, 16/01/2021.- El ministro de Sanidad, Salvador Illa, analiza la situación epidemiológica en España durante una rueda de prensa convocada este sábado, en la Delegación del Gobierno en Barcelona. EFE/Marta PérezMarta PerezEFE

A medida que pasan los días, los hechos cargan de razón a los que llevamos pidiendo desde hace mucho tiempo la dimisión de Salvador Illa y de la mayor parte de la cúpula del Ministerio de Sanidad. A pesar de su apariencia seria, incluso de hombre meticuloso, el catalán es un incompetente de tomo y lomo. El peor titular de esta cartera de toda la democracia, y anda que no ha habido ministros de Sanidad malos de solemnidad desde que se promulgara la Constitución.

Más de diez meses después de estallar la pandemia, España contabiliza 80.000 muertes por Covid, no las 52.000 que su departamento dice, porque además de gestionar de pena esta crisis, Sanidad miente de forma sistemática. Lo hizo en marzo, al asegurar que la eclosión de casos no se produjo hasta unas horas después de celebrarse las concentraciones feministas. Lo volvió a hacer con las mascarillas, al negar su utilidad para convertirlas después en obligatorias. Lo repitió también en la desescalada, al negar a Madrid el avance de fase con justificaciones peregrinas, e insistió de nuevo más tarde creando para la Comunidad de Isabel Díaz Ayuso un estado de alarma ad hoc con criterios inventados sobre la marcha, en plena campaña contra la política regional.

¿Por qué no confina ahora Extremadura, cuya incidencia de casos desborda toda la lógica, o no lo hizo con Navarra, cuando el virus campaba a sus anchas por esta comunidad? Porque Illa ha impregnado su política de un sectarismo rancio que ha llevado a España a donde está. Ahora, Sanidad trata estérilmente de restar peso a la nueva cepa británica, pese a que los expertos temen que esté detrás del aumento de los contagios. Illa debe irse ya. Y con él, Simón.