Investigación

Demuestran que los anticuerpos de infecciones previas por coronavirus protegen frente a la Covid-19

El hallazgo es clave para diseñar futuras vacunas capaces de proteger contra las mutaciones del SARS-CoV-2

Cuatro viriones del SARS-CoV-2 en los que se aprecia la corona, formada por decenas de espículas que se proyectan hacia fuera.
Cuatro partículas del SARS-CoV-2 saliendo de una célula durante un ensayo de laboratorio, en una imagen de microscopio electrónico de archivolarazonNIAID Rocky Mountain Laboratories (NIH, Estados Unidos)

Nuestra sistema inmunitario tiene memoria y esos recuerdos pueden resultar esenciales para lograr superar la Covid-19 con éxito. Es la conclusión de una investigación que confirma que la reacción ante el SARS-CoV-2 provocada por nuestro organismo depende, en gran medida, de los anticuerpos desarrollados durante infecciones por coronavirus previas y de su memoria, tal y como publican hoy investigadores de la Universidad del Norte de Arizona y del Instituto de Investigación de Genómica Traslacional de Estados Unidos en la revista científica “Cell Reports Medicine”.

El estudio sugiere que el sistema inmunológico de las personas con Covid-19 depende en gran medida de los anticuerpos creados durante infecciones de coronavirus previas para ayudar a luchar al cuerpo contra la enfermedad, ya que antes del SARS-CoV-2 los seres humanos han convivido al menos otros seis tipos de coronavirus. Por ello, el estudio buscó comprender cómo los coronavirus (CoV) encienden el sistema inmunológico humano y realizan una inmersión más profunda en el funcionamiento interno de la respuesta de anticuerpos. “Nuestros resultados sugieren que el SARS-CoV-2 puede despertar una respuesta de anticuerpos que existía en humanos antes de la pandemia actual, lo que significa que ya podríamos tener algún grado de inmunidad preexistente a este virus”, asegura John Altin, Ph.D., profesor asistente en la rama de enfermedades infecciosas de TGen y autor principal del estudio.

Este conocimiento podría ayudar a los investigadores a diseñar nuevos diagnósticos, evaluar los poderes curativos del plasma de pacientes convalecientes, desarrollar nuevos tratamientos terapéuticos y, lo que es más importante, ayudar a diseñar futuras vacunas o terapias de anticuerpos monoclonales capaces de proteger contra las mutaciones que pueden ocurrir en el virus COVID-19.

Los investigadores utilizaron una herramienta llamada PepSeq para mapear con precisión las respuestas de anticuerpos a todos los coronavirus que infectan a los humanos. En concreto, PepSeq es una nueva tecnología que se está desarrollando en TGen y NAU que permite la construcción de grupos muy diversos de péptidos (cadenas cortas de aminoácidos) unidos a etiquetas de ADN. Cuando se combinan con la secuenciación de alto rendimiento, estos conjuntos de moléculas PepSeq permiten un interrogatorio profundo de la respuesta de los anticuerpos a los virus. “Los datos generados con PepSeq permitieron una amplia caracterización de la respuesta de anticuerpos en individuos recientemente infectados con SARS-CoV-2 en comparación con los de individuos expuestos solo a coronavirus anteriores que ahora están muy extendidos en poblaciones humanas”, detalla Jason Ladner, Ph.D, profesor asistente en el Instituto de Patógenos y Microbioma de NAU, que combina el enfoque de investigación genómica académica de NAU y la capacidad de genómica traslacional de TGen.

Además del SARS-CoV-2, los investigadores examinaron las respuestas de anticuerpos de otros dos coronavirus potencialmente mortales: MERS-CoV, que causó el brote de 2012 en Arabia Saudita del síndrome respiratorio de Oriente Medio; y SARS-CoV-1, el primer coronavirus pandémico que causó el brote de síndrome respiratorio agudo severo en Asia en 2003. Los tres son ejemplos de coronavirus que infectan a los animales, pero evolucionaron para enfermar a las personas y se convirtieron en nuevos patógenos humanos.

Además de caracterizar los anticuerpos que reconocen el SARS-CoV-2, también examinaron las respuestas de anticuerpos de cuatro coronavirus más antiguos: alfacoronavirus 229E; alfacoronavirus NL63; betacoronavirus OC43; y betacoronavirus HKU1. Estos coronavirus denominados “comunes” son endémicos en las poblaciones humanas, pero generalmente no son mortales y causan infecciones respiratorias superiores leves similares a las del resfriado común. Al comparar los patrones de reactividad contra estos diferentes coronavirus, los investigadores demostraron que el SARS-CoV-2 podría convocar anticuerpos del sistema inmunológico generados originalmente en respuesta a infecciones pasadas por coronavirus. Esta reactividad cruzada ocurrió en dos sitios en la proteína espiga del SARS-CoV-2; la proteína en la superficie de las partículas de virus que se adhiere a las proteínas ACE2 en las células humanas para facilitar la entrada e infección celular.

“Nuestros hallazgos destacan los sitios en los que la respuesta al SARS-CoV-2 parece estar determinada por exposiciones previas al coronavirus y que tienen potencial para generar anticuerpos ampliamente neutralizantes. Demostramos además que estos anticuerpos de reacción cruzada se unen preferentemente a péptidos endémicos del coronavirus, sugiriendo que la respuesta al SARS-CoV-2 en estas regiones puede verse limitada por la exposición previa al coronavirus“, asegura el Dr. Altin, quien hace hincapié en que se necesita más investigación para comprender las implicaciones de estos hallazgos.

Los hallazgos podrían ayudar a explicar las reacciones ampliamente variables que tienen los pacientes con Covid-19 a la enfermedad; desde leves a ningún síntoma, hasta infecciones graves que requieren hospitalización y, a menudo, provocan la muerte. También es posible que las diferencias en la respuesta de anticuerpos preexistentes identificadas por este estudio puedan ayudar a explicar algunas de las diferencias en la gravedad de la manifestación de la enfermedad en personas mayores frente a jóvenes, que tendrán diferentes historias de infecciones con los coronavirus comunes. “Nuestros hallazgos plantean la posibilidad de que la naturaleza de la respuesta de anticuerpos de un individuo a una infección previa por coronavirus endémica pueda afectar el curso de la enfermedad Covid-19”, concluye el Dr. Ladner.