Salud y bienestar
El desarrollo de nuevas técnicas y procedimientos estéticos de mayor eficacia y calidad ha provocado el incremento de intervenciones de medicina estética, pero ha sido, con la pandemia de la COVID-19, cuando ha habido un repunte muy notable, como así lo he podido comprobar en mi clínica de Barcelona Dra. Villanueva Medicina y Cirugía Estética.
El teletrabajo, la principal causa del aumento de intervenciones estéticas
El teletrabajo, aplicado por muchas empresas como medida de seguridad, ha incentivado el uso de aplicaciones como Skype, FaceTime o Zoom para la realización de videoconferencias, en las cuales tendemos a fijarnos en nuestro aspecto y evaluar, con mayor detenimiento, (puesto que es como estar en frente de un espejo que nos devuelve nuestro propio reflejo), nuestros rasgos faciales. El rostro, de esta forma, se ha convertido en nuestra carta de presentación, especialmente para directivos y ejecutivos para los que su aspecto, ahora más que nunca, es determinante. En ese sentido, podríamos mencionar estudios como el de la empresa Highfive, por ejemplo, en el que casi cuatro de cada diez encuestados confesaron no sentirse bien por su aspecto cuando usaban este tipo de aplicaciones, una estadística que puede ayudarnos a entender el aumento de pacientes —de un 35% en los meses de verano, según datos de Icifacial—, que demandan los servicios de profesionales de la medicina estética, ya que esta tiene como principal objetivo que las personas se sientan bien con su apariencia física.
Esta disciplina médica actúa, así mismo, como un reparador no solo del aspecto exterior, sino de la salud mental: verse mejor físicamente contribuye, efectivamente, a estar más seguros de uno mismo e influye positivamente en el ámbito personal y laboral. De este modo, y en un contexto en el que las opciones de ocio están muy limitadas, cada vez más personas han sido conscientes de que invertir en medicina estética es invertir en salud y bienestar en un momento, además, en el que los tratamientos que requieren días de recuperación se pueden pasar en casa gracias a la flexibilidad del teletrabajo, una modalidad que, por sus ventajas, parece que va a perdurar en el tiempo.
Los tratamientos más demandados
Conviene destacar, después de haber estudiado los factores que explican ese aumento de la medicina y cirugía estética, cuáles son los tratamientos que han experimentado un crecimiento importante. De ese modo, la rinoplastia, por ser la nariz el rasgo central del rostro y jugar un papel muy importante en el equilibrio de los rasgos faciales, es uno de los procedimientos estéticos más demandados, junto con la blefaroplastia o cirugía de párpados, ya que con el paso del tiempo y por causas genéticas la piel de los párpados pierde elasticidad y firmeza, produciendo bolsas y ofreciendo un aspecto envejecido y cansado, que puede corregirse con una intervención que realizamos a menudo en mi clínica.
No obstante, el bótox sigue siendo, sin ninguna duda, el tratamiento que encabeza esta lista, ya que aún es el más realizado en todo el mundo, según estadísticas de la ISAPS (Asociación Internacional de Cirugía Plástica), para corregir arrugas de expresión de la frente, del entrecejo y las patas de gallo, relajando la expresión y mejorando notablemente el aspecto de cansancio. En los últimos meses, por otra parte, ha aumentado el relleno de labios con ácido hialurónico, puesto que el uso de la mascarilla permite camuflar los posibles efectos adversos de los primeros días, de forma que muchos pacientes han aprovechado para realizar estos tratamientos en la zona peribucal.
La medicina estética, en consecuencia, ha crecido no solo porque se trata de una disciplina que busca ensalzar la belleza de cada persona, sino porque, con ella, conseguimos un bienestar íntegro y que, en circunstancias tan difíciles como un confinamiento y una situación de pandemia, sea vista por los pacientes como una opción segura y como una inversión en salud y belleza con múltiples beneficios.