Entrevista

«El estrés y el miedo han agravado los problemas dermatológicos»

Entrevista al doctor Pedro Jaén, dermatólogo y autor del libro «Una piel para toda la vida» (Espasa)

Pedro Jaén, dermatólogo
Pedro Jaén, dermatólogoJOSE LUIS ROCA

Considerado uno de los mejores dermatólogos de nuestro país, el bagaje profesional del Dr. Pedro Jaén resulta apabullante. Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, acaba de publicar su última obra titulada «Una piel para toda la vida», un manual imprescindible convertido casi en una enciclopedia que deberíamos tener en casa.

-¿Somos conscientes de la importancia que tiene la piel en nuestra salud o cree que la infravaloramos?

-Sin duda la infravaloramos, aunque, por suerte, ya cada vez menos que hace unos años. Pero a veces no nos damos cuenta de la necesidad de cuidarla, sobre todo en determinadas edades.

-¿Cuándo nos portamos peor?

-En mi opinión, las edades más delicadas son las más tempranas, porque es cuando hacemos las grandes agresiones y todo lo que venga después ya cae sobre una piel dañada. Durante la infancia los padres están muy pendientes en este sentido, pero con el paso de los años se va descuidando y la adolescencia creo que es el momento más delicado. Por desgracia, la piel tiene memoria y casi siempre juega en nuestra contra...

-¿Qué es lo más dañino que hacemos?

-El sol es el máximo agresor, pero a eso se suman otros factores que están en nuestra mano y con los que convivimos a diario, como la acumulación de estrés o el consumo de tabaco, por ejemplo.

-El sol es el causante del melanoma, uno de los tumores más comunes...

-Así es. Por desgracia ahora somos conscientes de los errores que cometimos hace muchos años, ya que la semilla del cáncer de piel que aparece ahora se sembró décadas atrás.

-¿Y es posible revertirlo?

-Ese efecto memoria del que hablábamos antes no se borra. Por mucho que intentemos usar cremas para corregir esas agresiones, la piel las guarda.

-¿Cuándo deberíamos ponernos serios con el cuidado dermatológico?

-Depende mucho de la herencia y de la genética, pero podríamos decir que las personas rubias y de ojos claros deben cuidarse especialmente desde los 25 años y aquellas más morenas y de ojos oscuros podrían empezar a los 35.

-¿La pandemia ha empeorado nuestra salud dermatológica?

-Sí, sin lugar a dudas. De hecho, me atrevería a decir que la piel ha sido una de las grandes damnificadas de esta pandemia. Por un lado, hemos visto que la Covid-19 provoca lesiones dermatológicas específicas relacionadas con la inflamación que produce el virus y la famosa tormenta de citoquinas. Pero no sólo eso, ya que la afectación general del ánimo de la sociedad, lo que muchos ya llaman fatiga pandémica, ha aumentado los problemas de ansiedad y depresión y esto también repercute en la salud de la piel, pues refleja las enfermedades de otros órganos internos y el ánimo es uno de ellos.

-¿Qué patologías dermatológicas se han agravado por culpa de esta crisis sanitaria?

-El estrés, el miedo y la incertidumbre de estos meses no han hecho más que agravar enfermedades como la psoriasis, la dermatitis o la rosácea. Hemos notado un aumento considerable de estos problemas en la consulta durante estos últimos meses, porque toda la desazón vivida por la pandemia está dejando huella en nuestra piel.

-La mascarilla y el gel hidroalcohólico tampoco ayudan...

-¡Para nada! En nuestra piel tenemos microorganismos que la recubren, que es el microbioma, y hemos visto su empeoramiento, no tanto por el roce de la mascarilla, sino por la humedad que se genera, lo que provoca el crecimiento de microorganismos que pueden desencadenar en irritación, granitos, enrojecimiento... Y en cuanto a las manos y el gel, su efecto es determinante, ya que deshidrata y rompe la barrera de protección que tenemos.

-Después de un año de restricciones, ¿este verano puede ser especialmente peligroso?

-Sí, porque con el confinamiento y la reducción de nuestra vida en el exterior vamos a tardar más en adquirir nuestra protección natural frente a los agentes externos.

-¿La piel, las uñas o el pelo nos advierten de que las cosas pueden ir mal por dentro?

-Efectivamente. Algunas enfermedades se diagnostican en primer lugar por la piel. Debemos aprender a interpretar esas señales.