Alimentación

«Aún se consume demasiada carne roja y derivados»

Rocío Roldán, dietista especializada en nutrición clínica de Clínicas Segura, explica las pautas de una alimentación saludable

Rocío Roldán, dietista especializada en nutrición clínica de Clínicas Segura
Rocío Roldán, dietista especializada en nutrición clínica de Clínicas SeguraCedida

-¿Cómo ha afectado el aumento del consumo de frutas y verduras durante la pandemia a la salud de los españoles?

-Creo que positivamente. Se ha tomado una mayor conciencia de la importancia de tener una buena salud. Las verduras y las frutas deben formar parte de la base de nuestra alimentación, así como el deporte y el descanso.

-Todos los nutricionistas aconsejan un gran consumo de frutas y verduras y una disminución de lo cárnico. ¿Es la primera vez que se consigue en España de manera general?

-Tenemos que incidir mucho más en el aumento del consumo de frutas y verduras porque es lo que más suele «cojear» en los hogares. En cuanto a la proteína animal, hay que tener en cuenta su calidad. Lo ideal es consumir carne de pasto y/o ecológica. Las verduras y frutas deben desplazar a los procesados, no al resto de grupos de alimentos.

-Hemos reducido mucho el consumo de carne roja, pero ¿lo suficiente?

-En líneas generales, aún son muchos los que consumen una cantidad excesiva de carne roja y/o sus derivados. En muchas familias es habitual comer este tipo de alimentos en diferentes ingestas de un mismo día.

-Y en cuanto a la carne blanca ¿es menos perjudicial que la carne roja?

-En términos generales, sí, es preferible que prioricemos la carne de ave. Podemos dejar la roja para momentos más puntuales o una vez a la semana si no hay ninguna patología de base.

-De todos modos, hay quien opina que reducir el consumo de carne es saludable, pero eliminarlo, como también han hecho muchos consumidores en esta pandemia conlleva muchos problemas ¿es cierto?

-La respuesta es totalmente individualizable. Depende de la persona y de cómo haya sustituido la carne, pues es una fuente de proteína. Podemos sustituirla por otras fuentes de proteína animal como pescado, marisco, huevos o lácteos, o sustituirla por fuentes de proteína vegetal como legumbres, pseudocereales (trigo sarraceno, quinoa), frutos secos o semillas. Todo es valorable e individualizable.