Pacientes

Las ostomías crecen por culpa de la Covid-19

El verano aumenta la inseguridad de los pacientes ostomizados

Un verano con ostomía
Un verano con ostomíaCGECGE

Más de 70.000 personas en nuestro país conviven con una ostomía, es decir, una intervención quirúrgica en la que se practica una abertura (estoma) en la pared abdominal para dar salida a un órgano o víscera, como el tracto intestinal o uno o ambos uréteres, lo que hace que las heces o la orina se recojan en un dispositivo diseñado especialmente para ello, una pequeña «bolsa» que acompaña al paciente las 24 horas del día. Y esta circunstancia se ha agravado durante la pandemia, ya que «la Covid-19 ha provocado complicaciones de otras patologías y ha atrasado los tratamientos, consecuencias que han desencadenado la confección de más ostomías. Todo ello, junto con el difícil acceso a las consultas de enfermería, ha ocasionado una vivencia negativa a las personas que en esta época viven con una ostomía», asegura Belén Bueno, enfermera estomaterapeuta de la consulta de Ostomías del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona.

Ostomía y verano
Ostomía y veranoTania Nieto

El verano se convierte en la época más complicada para las personas ostomizadas, ya que se agrandan las inseguridades ante posibles «escapes» o ante el hecho de que la bolsa sea más visible. Sin embargo, estos meses no tienen por qué limitar la calidad de vida de estas personas, tal y como pone sobre la mesa la nueva campaña «Disfruta tu verano, también con ostomía», impulsada por el Consejo General de Enfermería (CGE), la Sociedad Española de Enfermería Experta en Estomaterapia (SEDE) y Coloplast.

El mejor ejemplo de ello son personas como Anna Bellart, una joven que confiesa que «antes mi enfermedad no me permitía salir de casa todas las veces que me apetecía, ni hacer todo lo que quería. Ahora estoy sana y fuerte y llevar bolsa no me impide hacer lo que me propongo, desde viajar hasta nadar en la playa o practicar deporte», confiesa. Y esta misma vitalidad es la que irradia Cristina Vicente, quien asegura que «el cáncer me ha enseñado a disfrutar más del ahora, de lo pequeño. Yla bolsita, de la que nunca antes había escuchado hablar, me ha dado la oportunidad de hacerlo, casi, casi, como si no la llevara, y todo eso lo he logrado gracias a mi enfermera estomaterapeuta, pues ha sido mi verdadero ángel de la guarda y gracias a ella tengo una gran calidad de vida, sin miedos ni complejos».

Por ello, la labor de estas enfermeras especializadas en ostomía resulta esencial, a pesar de que sigue siendo una asignatura pendiente en nuestra Sanidad, ya que «en España necesitaríamos cerca de 200 enfermeras estomaterapeutas para que todos los pacientes recibieran el apoyo especializado que necesitan y evitar desigualdades en función de dónde se viva», recuerda José Luis Cobos, vicesecretario del Consejo General de Enfermería.