Tecnología 3D para las intervenciones quirúrgicas

La impresión en tres dimensiones es una revolucionaria tecnología que ha impactado en numerosas áreas, entre ellas la Medicina y, más concretamente, la Cirugía. Los modelos médicos 3D personalizados, obtenidos a partir de estudios de tomografías computarizadas y de resonancias magnéticas, presentan muchas y claras ventajas, tanto para los profesionales médicos como para los pacientes.

Para los primeros, porque poder manipular un modelo anatómico de un paciente con una determinada patología, incluyendo aspectos relacionados con los abordajes, técnicas resectivas y de reconstrucción, ayuda a planificar cualquier tipo de procedimiento quirúrgico, reduciendo los tiempos y posibles complicaciones. Para los segundos, porque mejora la comprensión de la información dada por el médico, así como su satisfacción, al ver e interactuar con modelos de su propia anatomía.

Es por ello que, cada vez más, se está extendiendo su uso. «Existen tres grados de complejidad en esta técnica: realizar reconstrucciones 3D, realizar guías y realizar prótesis. Nuestro servicio realiza principalmente las reconstrucciones 3D específicas del paciente y las almacena de forma digital, y estamos empezando a hacer guías de corte quirúrgico para cirugías maxilofaciales y traumatológicas», explica el doctor Anthony Vizarreta, jefe del Servicio de Radiología del Hospital Universitario Infanta Elena, de Valdemoro, centro que acaba de incorpora a su cartera de servicios una Unidad de Planificación Quirúrgica 3D.

El servicio, que está en funcionamiento desde el 15 de febrero de este año, ha realizado más de 70 reconstrucciones para distintas cirugías desde entonces. De ellos, en tres casos se han hecho guías de corte quirúrgico, cuenta el experto, especializado en Neurorradiología.

¿En qué patologías se usa?

Pero, ¿en qué patologías resulta más útil este tipo de abordaje? «Este tipo de reconstrucción resulta preferentemente útil en patología oncológica, previo a la cirugía, especialmente en localizaciones inaccesibles a la palpación o a la propia visión del cirujano, que sean de alta complejidad anatómica o de difícil acceso, como pueden ser tumores de base de cráneo, tumores de páncreas o de recto», señala el doctor Vizarreta.

Un ejemplo de cómo esta tecnología puede resolver casos complicados es el recientemente realizado a un varón con fractura muy compleja del húmero como consecuencia de un accidente de tráfico hace diez años. «El paciente se había sometido a varias intervenciones en distintos centros hospitalarios, sin conseguir consolidación de los fragmentos óseos, y actualmente el hueso presentaba pseudoartrosis por falta de flujo sanguíneo, requiriendo resecar la parte del húmero afecto y aportar nuevo hueso sano», cuenta el doctor Alfonso Prada, especialista del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Universitario General de Villalba, quien, en colaboración con el Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial de ese centro, así como del Infanta Elena y el Rey Juan Carlos, planteó un abordaje poco convencional para reconstruir el hueso.

Se trató de una cirugía compleja en la que se utilizó el modelo 3D y las guías de corte quirúrgico impresas en 3D, específicas y adaptadas a la anatomía del paciente: «Se realizó un trasplante utilizando el peroné del propio paciente para adaptarlo al defecto previamente planificado de hueso humeral. Fue una cirugía multidisciplinar y, gracias a la planificación milimétrica del defecto, el equipo de Planificación Quirúrgica 3D pudo diseñar las guías de corte del peroné y del húmero y realizar un estudio tridimensional junto con los cirujanos para acoplar el trasplante de hueso de la pierna al brazo», explica el doctor. La cirugía transcurrió sin complicaciones, reduciendo considerablemente su duración con respecto a una intervención sin planificación tridimensional, y el paciente fue dado de alta a los cuatro días de la operación.