Alimentación

Grafeno, útil frente a la obesidad

Estudios desarrollados por investigadores españoles con este material indican que su ingesta puede reducir el contenido de grasa almacenada en las células

El mecanismo de acción del grafeno es la adsorción (no confundir con absorción), que es su capacidad de adherirse a la grasa, retirándola del sistema circulatorio
El mecanismo de acción del grafeno es la adsorción (no confundir con absorción), que es su capacidad de adherirse a la grasa, retirándola del sistema circulatorioArchivoArchivo

El grafeno es un material con numerosas aplicaciones en campos muy distintos, desde la electrónica a la Medicina donde sus propiedades eléctricas, térmicas, mecánicas y biológicas se han evaluado, a nivel experimental, en la construcción de prótesis de retina, implantes cerebrales, sensores cutáneos de glucosa, e incluso como parche liberador de fármacos. Ahora, a todas ellas investigadores españoles han sumado una más: su capacidad para reducir la obesidad.

Tras cuatro años de trabajo, Manuel Rodríguez y Diego Rodríguez, investigadores de la Universidad de Alcalá de Henares, junto con la empresa Graphenano Medical Care, han logrado patentar un grafeno para uso médico que, en un plazo corto de tiempo podría emplearse para reducir la ganancia de peso ya que «hace desaparecer la grasa por una modificación de la biología de esas células». Además, se trata de una vía muy prometedora para tratar otras enfermedades como la esteatosis del hígado o la insuficiencia renal.

«Nuestras investigaciones son aún a nivel básico, con células y animales, pero hemos visto como las células de grasa desaparecen o se transforman al entrar en contacto con el grafeno. Esto es debido a la capacidad de este material para «disolver» la gota de grasa. Lo hemos probado en ratones y hemos visto que disminuía su peso», explica Manuel Rodríguez, catedrático emérito de la Universidad de Alcalá de Henares. Su mecanismo de acción sería la adsorción (no confundir con absorción), que es la capacidad del grafeno de adherirse a la grasa, retirándola del sistema circulatorio.

En células de tejido graso (adipocitos), los triglicéridos almacenados en las gotas lipídicas se tiñen con un colorante específico (Oil Red, color rojo)
En células de tejido graso (adipocitos), los triglicéridos almacenados en las gotas lipídicas se tiñen con un colorante específico (Oil Red, color rojo)ArchivoArchivo
El tratamiento de los adipocitos con grafeno 24 horas redujo de forma significativa el contenido de triglicéridos
El tratamiento de los adipocitos con grafeno 24 horas redujo de forma significativa el contenido de triglicéridosArchivoArchivo

Esto sería porque «el grafeno, que es una forma halotrópica del carbono, tiene propiedades específicas que modifican las propiedades de la célula y permite que se adsorba con mayor facilidad. Actúa sobre este tipo de células, los adipoblastos, que son las precursoras de los adipocitos, y el grafeno podría mediar en este proceso».

«Se le atribuye una capacidad adsorbente, y podría actuar como sensor y lugar de unión de las grasas de la dieta, disminuyendo así su absorción. De forma paralela, su capacidad para modificar la capacidad de almacenamiento de energía podría jugar también un papel relevante en la pérdida de peso. De todas formas, aunque prometedores, no podemos olvidar que los resultados iniciales, a nivel experimental o en modelo animal, deben ser evaluados en los seres humanos», coincide Albert Lecube, vicepresidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad y jefe del Servicio Endocrinología y Nutrición del Hospital Arnau de Vilanova, de Lérida.

Antes de comer

La idea, en cualquier caso, es «crear un preparado que se tomará oralmente y que se ingerirá antes de la comida. Estamos en fase experimental, aún no lo hemos probado en humanos», cuenta Rodríguez, si bien ya han presentado la aplicación de Biograph como adsorbente intestinal a la Oficina Europea de Patentes. «Me parece extremadamente atractivo que nuevos materiales como el grafeno, dado a conocer a la comunidad científica en el año 2004, sean investigados como potenciales agentes terapéuticos de enfermedades tan prevalentes como la obesidad. No olvidemos que la obesidad es uno de los principales retos sanitarios y económicos a los que se enfrenta nuestra sociedad y al que seremos incapaces de superar si nos limitamos solamente a las herramientas disponibles en la actualidad», asegura Lecube.