Salud mental
La depresión se multiplica por tres entre los menores tras la pandemia
El uso de redes sociales empeora la ansiedad y la depresión entre los adolescente, según alertan los especialistas
La pandemia de la Covid-19 y el contagio por el SARS-CoV-2 no solo deja secuelas físicas, sino también mentales. Los pediatras de Atención Primaria y los psiquiatras infantiles y de la adolescencia han detectado un incremento de casos de ansiedad, depresión, comportamientos suicidas y trastornos alimentarios a raíz de la pandemia, especialmente agravado en familias vulnerables y con menos recursos o en niños y adolescentes con patologías ya anteriores. Por ello, los profesionales reclaman más medios para hacer frente a estos problemas y recuerdan que el suicidio es la segunda-tercera causa de muerte entre los adolescentes.
En concreto, las autolesiones no suicidas se han convertido en el primer motivo de atención en urgencias de pediatría por causa de salud mental, afectando al 18% de los adolescentes. Además, desde otoño de este año, los episodios depresivos en menores se han multiplicado por tres y hasta por cuatro y los casos de depresión grave han aumentado del 10 al 27%. Respecto a los trastornos alimentarios, se han incrementado los casos de anorexia nerviosa y los que hay son mucho más graves. Anteriormente, las adolescentes con una anorexia recién detectada presentaban una pérdida del 25% de su peso que ahora alcanza casi el 40% de su peso. La aneroxia nerviosa es la tercera enfermedad crónica más prevalente en menores de 18 años y la primera causa de desnutrición en países desarrollados.
En este sentido, la doctora Azucena Díez, directora de la Unidad de Psiquiatría Infantil de la Clínica Universidad de Navarra y presidenta de la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la Asociación Española de Pediatría, ha apuntado estos datos y ha señalado que “debemos alertar sin ser catastrofistas y ser coscientes del papel determinante del pediatra en la detección de estos problemas que funcionan como un cáncer: si no se tratan, metastatizan. La ansiedad se puede convertir en depresión y la anorexia puede conducir al suicidio”. La doctora ha recordado que el suicidio es la segunda-tercera causa de muerte entre adolescentes.
El aburrimiento también ha sido un factor agravante durante el confinamiento, ya que conectado con las redes sociales ha impulsado la participación en retos grupales, por ejemplo, para perder peso. En la red social Twich, hay numerosos grupos en los que comparten experiencias de autolesiones, ha comentado la psiquiatra infantil. En concreto, la doctora se ha referido a los factores que agravan estos problemas: ser de sexo femenino, estar en edad adolescente, tener exposición a casos Covid, tener algún familiar con trabajo en primera línea Covid y una exposición excesiva a los medios de comunicación y a las redes sociales.
Al igual que hay agravantes, hay factores de protección que se pueden potenciar y a los que también se ha referido: “está comprobado el efecto positivo de los hobbies, escuchar música, tener rutinas e incluso rezar, según reflejan diferentes estudios”.
La hiperexposición a las pantallas
Los niños pasan de media 20 horas a la semana conectados a los videojuegos. Recordemos que la gran mayoría de los videojuegos, un 80 por ciento, tienen contenido violento. Además, entre 2 y 5 años, ven la televisión una media de 32 horas semanales y hasta las 22 horas, por tanto, sin contenidos protegidos. Son datos que ha reflejado el director de la agencia coruñesa BAP-Conde, Miguel Conde, en la conferencia extraordinaria del 35 Congreso de la SEPEAP, en la que ha hablado del niño en la publicidad.
Uno de cada cuatro menores de 10 años tiene y usa el móvil. El 77% navega en las redes sociales sin filtro. “Tengamos en cuenta que las herramientas de control parental son difíciles de usar y muy fáciles de evitar”, ha apuntado Conde. “El descontrol de Internet ha hecho que todo sea alegal, a las redes sociales habrá que decirles basta en el algún momento y estamos hiperexpuestos a los medios de comunicación en el momento en el que estos son más vulnerables y dados al amarillismo”, ha criticado el creativo publicitario, que también ha lamentado la postura de la sociedad al respecto: “Nos mantenemos perplejos ante esta situación, sin hacer nada. Necesitamos autorregularnos y recordar que, para educar a un niño, hace falta toda la tribu, todo el entorno debe sincronizarse para remar en la misma dirección y proteger a los menores porque manipulables. De nada sirve que tengan una protección especial si no la hacemos cumplir”.
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