Descubrimiento

Confirman los primeros casos de lepra en chimpancés salvajes

Las dos poblaciones afectadas no están conectadas entre sí

Un chimpancé llamado Woodstock con lepra en Costa de Marfil
Un chimpancé llamado Woodstock con lepra en Costa de MarfilTai Chimpanzee Project

Hace aproximadamente un año un equipo de científicos documentó por primera vez chimpancés salvajes con lepra (una enfermedad infecciosa crónica causada por el bacilo acidorresistente Mycobacterium leprae) en dos poblaciones no conectadas entre sí: una en Guinea-Bissau y otra en Costa de Marfil. Y hoy un estudio publicado en la revista “Nature” lo confirma.

Se trata de cepas diferentes y poco comunes entre humanos. En todo caso, los orígenes de las infecciones no están claros, pero el equipo de investigación, dirigido por científicos de la Universidad de Exeter y el Instituto Robert Koch, concluye que los hallazgos muestran que la lepra probablemente esté circulando en más animales salvajes de lo que se sospechaba anteriormente, ya sea como resultado de la exposición a seres humanos u otras fuentes ambientales desconocidas.

Se considera que los seres humanos son el principal hospedador de la bacteria Mycobacterium leprae, que causa la lepra, pero se sabe que se produce un “contagio” a otros mamíferos, como los armadillos y las ardillas rojas.

“Esta es la primera confirmación de lepra en animales no humanos en África”, explica en el estudio el autor principal, el Dr. Kimberley Hockings, del Centro de Ecología y Conservación en el campus Penryn de la Universidad de Exeter en Cornualles.

Aunque esta investigación es la primera que detecta lepra en chimpancés salvajes, ya ha habido casos en chimpancés cautivos. Y aún así, “es sorprendente -prosigue- que esta enfermedad también esté en nuestro pariente vivo más cercano, el chimpancé, especialmente considerando lo bien estudiados que están”,

“Notamos por primera vez posibles síntomas de lepra en una población de chimpancés en Guinea-Bissau. Los síntomas parecían ser sorprendentemente similares a los que sufren los humanos con lepra avanzada, incluidas las lesiones y la mano en garra (una afección que ocasiona que los dedos se curven o se doblen)”, explica. Fue entonces cuando contactaron con el profesor Fabian Leendertz, del Instituto Robert Koch, para confirmar estos casos genéticamente.

Tras estos hallazgos, el profesor Leendertz y el Dr. Roman Wittig, del Instituto Max-Planck de Antropología Evolutiva, identificaron más casos de lepra en su lugar de estudio: el Parque Nacional Tai (en Costa de Marfil).

La autopsia de una hembra mayor, así como las muestras fecales de un macho adulto que comenzó a mostrar síntomas, también confirmaron la presencia de lepra.

“Las cepas identificadas en cada población de chimpancés son diferentes, y ambas son raras en humanos, así como en otros reservorios de animales en todo el mundo”, afirma la Dra. Charlotte Avanzi, de la Universidad Estatal de Colorado.

“Este estudio abre un nuevo paso hacia la comprensión de la transmisión de la enfermedad y más investigaciones arrojarán luz sobre la dinámica de transmisión entre fuentes humanas, animales y ambientales”, añade.

“En Guinea-Bissau es posible que los chimpancés de alguna manera hayan adquirido la lepra de los humanos en este paisaje compartido, aunque la gente no mata ni come chimpancés”, estima el Dr. Hockings. Pero lo que “está claro que la lepra ahora se transmite entre comunidades de chimpancés separadas entre sí”, añade.

“En Costa de Marfil, los chimpancés están más alejados de los asentamientos humanos y parece más probable que los chimpancés adquirieran la infección de otra especie animal o de una fuente ambiental como garrapatas o bacterias que viven en el agua”, agrega el profesor Leendertz.

¿Hay tratamiento?

La lepra en humanos se trata con medicamentos, lo que requiere de meses. En el caso de los chimpancés silvestres, estos no están acostumbrados a los seres humanos, por lo que no resulta muy plausible hacer lo mismo con ellos. Además, el impacto en sus poblaciones es difícil de predecir, ya que“los chimpancés occidentales están en peligro crítico de extinción , por lo que incluso la pérdida de unos pocos individuos podría ser significativa”, recuerda el Dr. Hockings.

De ahí que “se necesite una vigilancia e investigación a largo plazo para establecer la escala y los posibles efectos de la lepra entre los chimpancés occidentales salvajes”, añade el Dr. Wittig.

Esta enfermedad, que se conoce desde hace más de 3.000 años, dejó de ser considerado un problema de salud pública (definida como una prevalencia registrada de menos de 1 caso por 10 000 habitantes) en todo el mundo en el año 2000. En 2017 se registraron 211.009 nuevos casos de lepra a nivel mundial, según la OMS.