Alimentación
¿Qué hay que comer para prevenir el cáncer de mama?
Con una dieta nutritiva, antioxidante y antinflamatoria se pueden evitar hasta un 30% de estos tumores
Cuando el cáncer de mama aparece en la vida de una paciente, la alimentación cobra un papel decisivo, ya que se convierte en una pieza esencial para mejorar el organismo y protegerle frente al daño celular provocado por el tumor. Y en el caso del cáncer de mama, cuyo Día Mundial se celebra hoy 19 de octubre, la vinculación entre dieta sana y bienestar también resulta directa.
“Al igual que con todos los tipos de cáncer, el riesgo de desarrollar uno de mama varía de persona a persona y depende del resultado de una combinación, entre otras causas, de factores genéticos y factores relacionados con el estilo de vida. Solo un 5-10% de los tumores son hereditarios, mientras que un porcentaje muy elevado está relacionado con factores externos. El estilo de vida, y concretamente la alimentación, ejercen un papel muy relevante en la disminución del riesgo de padecerlo y también durante el transcurso de la enfermedad, lo que la convierte en un perfecto aliado o en el principal enemigo a la hora de mantener o poner en riesgo nuestra salud”, aseguró Emilia Gómez Pardo, asesora científica de CRIS contra el cáncer en el webinar mensual de la entidad celebrado ayer.
“No está demostrado el efecto beneficioso o adverso de alimentos concretos o nutrientes específicos, tanto procedentes de alimentos como en forma de suplemento, y sí está demostrado que seguir un patrón saludabledisminuye mucho el riesgo de padecer cáncer de mama, de la misma manera que no seguirlo incrementa el riesgo de padecer esta enfermedad”, detalla Gómez Pardo.
¿Y cómo definimos un patrón oncosaludable? Desde Cris Contra el Cáncer explican que se trata de “un patrón que fomenta el consumo de alimentos vegetales sin refinar (frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos, hierbas y especias) y desalienta el consumo de alimentos ultraprocesados y carne procesada, bebidas azucaradas, alcohol, y la ingesta excesiva de carne roja sustituyéndola por pescado y carne blanca. Con esta dieta nutritiva, antioxidante y antinflamatoria, rica en fibra, vitaminas, carotenoides y grasas saludables se pueden evitar hasta un 30% de los canceres de mama”. “Para disminuir el riesgo de cáncer en general y de mama en particular hay, por tanto, que recuperar aquellos hábitos de alimentación que la evidencia científica defiende de forma alta y clara y eliminar los que, con la misma contundencia, reconoce como nocivos”, detalla Gómez Pardo, quien insiste en que “hay que, en primer lugar, minimizar el consumo de carne roja (la OMS es muy clara: 200 gramos a la semana), reducir el consumo al mínimo posible de carnes procesadas, alimentos ultraprocesados (pobres en nutrientes y ricos en calorías), bebidas alcohólicas y azucaradas. Y en segundo lugar aumentar el consumo de frutas, verduras, cereales integrales y frutos secos”.
Cinco claves combatir el cáncer de mama desde la mesa
1. Incrementar el consumo de frutas y verduras (mínimo de cinco raciones al día) incluyendo variedad de texturas, colores, aromas y sabores.
2. Los alimentos procedentes de los cereales, pan, arroz, pasta, etc., que sean preferentemente integrales. Incrementar el consumo de legumbres y de frutos secos.
3. Potenciar el consumo de pescado y asegúrese de incluir pescado azul, y carne blanca frente al de carne roja.
4. Cuantos menos productos ultraprocesados y carne procesada, mejor.
5. Evitar el consumo de alcohol y las bebidas azucaradas.
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