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Reservas

Más demanda de sangre, pero menos donantes nuevos

►En Madrid, Galicia, La Rioja y Navarra hay todavía menos donaciones que en prepandemia ►La recuperación de la actividad quirúrgica tras los meses más duros de la pandemia aumenta la necesidad de recursos sanguíneos en Cataluña, Andalucía, Madrid o Aragón

Bolsas en el centro de donaciones de sangre
Bolsas en el centro de donaciones de sangreComunidad de MadridLa Razón

Recuperar las reservas de sangre antes de diciembre, mes en el que las donaciones suelen desplomarse, es el objetivo de los Centros de Transfusión de Sangre. Sin embargo, no en todas las comunidades autónomas está siendo tarea fácil. Así, en Madrid (un -9,08% entre enero y octubre de 2019 y 2021), Galicia (-2,32%), La Rioja (-3,49%) y Navarra (-1,07%), pese a los esfuerzos realizados, las donaciones de sangre siguen por debajo de los niveles alcanzados antes de la Covid-19. En Cataluña, País Vasco, Andalucía y Cantabria, en cambio, las donaciones de sangre han aumentado superando los niveles prepandémicos.

Pero todas las citadas, a excepción de Andalucía, Navarra y Aragón, tienen en común que no logran «enganchar» nuevos donantes al ritmo preCovid. Así, en Madrid han pasado de 39.417 donantes nuevos entre enero y octubre de 2019 a 29.863 en 2021 (una captación un 24,24% menor). En Cataluña, lograron 34.774 donantes nuevos en 2019 (hasta octubre de ese año) y tan sólo 17.681 en lo que va de ejercicio. Es decir, una reducción del 49,15%, debido a que se han encontrado con la dificultad de hacer campañas de donación en universidades y empresas, que son lugares en los que muchas personas empiezan precisamente a donar, explican desde el Banco de Sangre y Tejidos de Cataluña.

En Galicia han pasado de 26,95 nuevos donantes al día en 2019 a 18,59 en 2021, y en País Vasco, de 19,56 donantes nuevos al día en 2019 a 19,44 este año, según los datos facilitados por los Bancos de Sangre de las citadas autonomías.

La situación se repite en Cantabria, donde pese a haber más donaciones al día que en 2019 (63,02 frente a 58,85 unidades diarias), logran «captar» menos donantes nuevos: 4,84 al día este año frente a 5,86 en 2019.

«Desde el inicio de la pandemia trabajamos con cita previa, tanto en punto fijo como en unidades móviles. Esto, aunque facilita y hace más cómoda y segura la donación (evita tiempos de espera, contactos con otras personas…) creemos que también tiene un aspecto negativo y es que evita la donación espontánea, la no planificada. Estamos trabajando para implementar un método mixto», explica José Luis Arroyo, director del Banco de Sangre y Tejidos de Cantabria. También baja esta situación, aunque en menor medida en La Rioja, donde han pasado de 3,36 donantes nuevos al día en 2019 a 3,26 este año.

Y lo que es preocupante es que la demanda de sangre este año ha aumentado, al menos en muchas de las autonomías debido, entre otras cosas, a que se trata de recuperar la actividad quirúrgica pospuesta durante la pandemia. Así, en Aragón «donde 2021 ha sido un año bastante bueno en cuanto a donaciones, lo cierto es que la demanda de sangre es mayor de la esperada. En concreto, el gasto ha aumentado un 5% respecto al 2020, lo que es un incremento elevadísimo teniendo en cuenta que la donación anual ha subido un 2-3% y con mucho esfuerzo», explica el director médico del Banco de Sangre y Tejidos de Aragón José María Domingo.

En Cataluña la situación se repite: «La demanda de glóbulos rojos del 1 de enero al 31 de octubre ha pasado de 195.671 en 2019 a 187.2020 en 2020 y a 200.864 en 2021», explican desde el Banco de Sangre de Cataluña. Es decir, un 2,65% más demanda que en 2019.

Por su parte, «en Andalucía la distribución de sangre ha aumentado un 4,54% entre 2019 y 2021 (de la primera semana a la 44), o un 8,99% entre 2020 y 2021, debido al aumento de la actividad quirúrgica», explican desde el Centro de Transfusión Sanguínea de Sevilla.

«En la Comunidad de Madrid, la demanda de sangre sigue siendo baja, pero desde el verano está incrementándose debido al aumento de operaciones y por otro tipo de procedimientos no quirúrgicos», explica Luisa Barea, directora gerente del Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid. «Tuvimos una bajada de las donaciones con la pandemia, un hachazo. Ahora estamos aproximadamente un 2% por debajo que en 2019, no hemos remontado del todo, debido principalmente a que sólo llevamos seis maratones de donaciones, pero esperamos terminar el año con unas cifras iguales o casi similares a 2019», añade Barea.

«La pandemia lo ha trastocado todo, y esto también. Estimamos que las donaciones empiezan a recuperarse pero a menor ritmo que el consumo», explican desde la Federación Española de Donantes de Sangre (FedSang).

«Optimiza el recurso»

De ahí que sea importante donar, porque previsiblemente seguirá aumentando la demanda de sangre en los próximos meses. Pero, en paralelo, también resulta esencial «contener el gasto», afirma Domingo, y para ello «es necesario que los hospitales implanten políticas de uso óptimo de la sangre: preparación del preoperatorio para reducir las transfusiones con hierro intravenoso, mejoras quirúrgicas o de anestesia para que los pacientes sangren menos, analizar las transfusiones para ver si realmente se necesitan o ver si se pueden aplicar otras medidas como las farmacológicas para reducir el sangrado, etcétera. Estas iniciativas pueden lograr ahorros muy importantes en las demandas de sangre de aproximadamente un 10%. Prueba de ello es Navarra, que es un ejemplo a seguir», añade el experto.

«En 2017 iniciamos un programa de tratamiento sanguíneo del paciente, que a pesar de una mayor complejidad y más actividad, nos está permitiendo necesitar menos donación de sangre total («normal») y aumentar la donación por aféresis para poder aumentar el plasma disponible para obtener hemoderivados. No sólo hemos disminuido la necesidad de hematíes, sino también de plasma, por medio de la optimización de los pacientes, del tratamiento preventivo de la anemia, del déficit de hierro, de la hemorragia y un uso más óptimo», confirma el Dr. José Antonio García Erce, director del Banco de Sangre y Tejidos de Navarra. En concreto, «respecto al año 2016 –prosigue– mantenemos o incluso crecemos el total de donación alogénica (de donante sanos), porque necesitamos un 10% menos de donación normal, al descender más de 12% el consumo de hematíes, aunque crece el consumo de plaquetas porque se hacen más trasplantes, y en la Clínica Universidad de Navarra hacen CAR-T».

«Cierto que hay una caída de donantes nuevos, también de médula ósea (menor registros en Redmo), y estamos preocupados por el incremento paulatino del consumo de plaquetas (aunque en nuestro caso es similar al 2016, a pesar de hacer ahora más trasplantes de médula)», reconoce Erce, que recuerda que según los informes anuales del Sistema de información del Ministerio de Sanidad, desde 2010 la donación de sangre ha caído en un 6,6%, a pesar del incremento de la población, mientras que se ha producido un aumento del consumo. Este grave desequilibrio nos está llevando progresivamente a una incapacidad para mantener la autosuficiencia de hemocomponentes y hemoderivados en toda España.