Lácteos
Cabra, oveja o vaca, ¿qué leche es mejor?
Aunque el consumo se ha reducido en casi un 30%. Sigue siendo un ingrediente básico, especialmente en la alimentación de los más pequeños. Sin embargo, las propiedades de la leche de cabra y de oveja son mayoritariamente desconocidas para la población
El 83% de la población consume leche de vaca habitualmente y presta poca atención a las que podemos obtener de cabras u ovejas. Aunque el consumo actual se ha reducido en casi un 30% en comparación con el año 2000. Sin embargo, sigue siendo un ingrediente básico en los alimentos, especialmente en la alimentación de los más pequeños. Sin embargo, las propiedades de la leche de cabra y de oveja siguen siendo grandes incógnitas para la población en general, aunque la leche de cabra es la responsable de los quesos y cuajadas más prestigiosos. Por tanto, ambos tipos de leches merecen toda nuestra atención, pues poseen unas cualidades que pueden superar a las obtenidas de las vacas.
Leche de cabra
En lo que a la leche de cabra se refiere, un grupo de investigadores de la Universidad de Granada asegura que dicha leche puede considerarse “un alimento natural funcional”, cuyo consumo habitual debe potenciarse entre la población en general. Sobre todo entre todas aquellas “personas con alergia, intolerancia a la leche de vaca, problemas de mala absorción, colesterol elevado, anemia, osteoporosis o tratamientos prolongados con suplementos de hierro”. Los pacientes con anemia pueden beneficiarse del consumo regular de este producto porque proporciona más hierro, calcio, fósforo y magnesio para prevenir la anemia y la desmineralización ósea.
Además de los beneficios en caso de anemia, este lácteo ayuda a mantener el colesterol en niveles adecuados para nuestra salud. Esto es así porque la leche de cabra tiene entre un 30% y un 40% menos colesterol que la leche de vaca. Beneficio al que hay que sumar su mayor concentración de omega-6. Por tanto, la leche de cabra es perfecta para protegernos del desarrollo de posibles enfermedades cardiovasculares.
Por otra parte, su composición es similar a la de la leche materna, lo que ocasiona que se emplee como base para la elaboración de leches de fórmula para bebés. Así, desde 2014, tras la modificación del real decreto que regulaba este tipo de preparados, se permite el empleo de leche de cabra. Este producto contiene menos caseína del tipo alfa 1, como sucede en la leche materna, que es la responsable de la mayoría de las alergias y malestares que se padecen al consumir leche de vaca.
Leche de oveja
Esta leche, en materia de aportación de calcio, es muy superior a las demás. En concreto, en ella encontramos un 80% más de calcio que en la de vaca. Asimismo, un vaso de leche de oveja nos aporta sodio, magnesio, calcio, hierro, yodo y fósforo. Además de vitaminas B9, B7, B3, A, C, D, E y K.
El problema es que este tipo de leche suele ser mucho más cara que la de vaca o cabra y, sobre todo si estamos acostumbrados a pagar menos de un euro por un litro de leche de vaca. La marca Ganaderos de Zamora es una de las que ofrece leche envasada con la mayor fecha de caducidad gracias a su fórmula patentada. Además siempre existe la posibilidad de adquirirla fresca gracias a fabricantes como El Cantero de Letur o Ultzama, de Navarra.
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