Pandemia

Indulto a los asintomáticos

Todo el día hablando de lo mismo lleva a las personas a obsesionarse incluso con síntomas leves, saturando centros de salud y hospitales
Todo el día hablando de lo mismo lleva a las personas a obsesionarse incluso con síntomas leves, saturando centros de salud y hospitalesAlberto R. RoldánLa Razón

Habrá que ver qué resultado da la gripalización de la covid, si consigue acabar con el virus o por el contrario se convierte en un nuevo bandazo del Gobierno. Ni los médicos se ponen de acuerdo. La realidad es que la estrategia de no sumar cada día el número de positivos puede tener un efecto beneficioso sobre la alarma que tales cifras producían en la sociedad a través de los medios. Todo el día hablando de lo mismo lleva a las personas a obsesionarse incluso con síntomas leves, saturando centros de salud y hospitales. Pero no parece muy correcto que se permita ir a trabajar a quienes tienen la Covid-19. Por suave que sea el contagio, lo normal es quedarse en casa y por supuesto usar todo el tiempo la mascarilla. El cubrebocas ha llegado para quedarse, y lo lógico es que lo usemos incluso cuando estamos resfriados o con gripe común.

Sí que parece justo que nuestro sistema de salud haya accedido a indultar a los denominados asintomáticos, otrora considerados peligros andantes que asustaban a todo el mundo. La realidad más que constatada es que el asintomático no es un enfermo y no contagia. A veces era sólo un falso positivo.