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Tener unos niveles de antioxidantes elevados reduce el riesgo de demencia. ¿En qué alimentos están?

Prolongar el funcionamiento cognitivo de las personas es un importante reto para la salud pública. Con ese objetivo en mente, un equipo de investigadores ha descubierto que las personas con unos niveles elevados de luteína, zeaxantina y beta-criptoxantina en sangre tienen menos probabilidades de desarrollar demencia.

Así se desprende de un estudio publicado esta semana en «Neurology», la revista médica de la Academia Americana de Neurología, y que ha sido realizado con 7.283 personas que tenían al menos 45 años.

La luteína y la zeaxantina están presentes en espinacas, brócoli o guisantes. La beta-criptoxantina, en naranjas, mandarinas, papayas y caquis.

«Los antioxidantes pueden ayudar frente al daño celular», explica la autora del estudio May A. Beydoun, que reconoció que se necesitan más estudios para confirmar los resultados, ya que las disminuciones de riesgo de demencia detectadas (del 7 y 14%) se redujeron al tener en cuenta otros factores como la educación y la actividad física.

A los participantes del estudio se les hizo un examen físico, una entrevista y un análisis de sangre para determinar los niveles de antioxidantes al comienzo del estudio. A continuación, se les hizo un seguimiento durante 16 años de media para ver quiénes desarrollaban demencia.

Los participantes se dividieron en tres grupos en función de sus niveles de antioxidantes en la sangre. Y los investigadores descubrieron que las personas con las mayores cantidades de luteína y zeaxantina eran menos propensas a desarrollar demencia que las que tenían niveles más bajos.

Cada aumento de la desviación estándar en los niveles de luteína y zeaxantina, aproximadamente 15,4 micromoles/litro, se asoció con una disminución del 7% del riesgo de demencia. En el caso de la betacriptoxantina, cada desviación estándar de los niveles, aproximadamente 8,6 micromoles/litro, se asoció con una reducción del 14% del riesgo de demencia.

“Es importante señalar que el efecto de estos antioxidantes sobre el riesgo de demencia se redujo un poco cuando tuvimos en cuenta otros factores como la educación, los ingresos y la actividad física, por lo que es posible que esos factores ayuden a explicar la relación entre los niveles de antioxidantes y la demencia”, reconoce la autora del estudio.