Alimentación
Crean tomates ricos en vitamina D
Dos estudios muestran que, madurados al sol, y gracias a la edición genética, pueden acumular una molécula precursora de este nutriente equivalente a dos huevos medianos
Hasta ahora sabíamos que lo tomates eran ricos en vitaminas A, C y betacaroteno. Ahora, gracias a la edición genética, los científicos han conseguido que, además, lo sean en vitamina D. Una buena noticia si tenemos en cuenta que su déficit un problema de salud mundial y la insuficiencia de este nutriente sustenta un mayor riesgo de cáncer, deterioro neurocognitivo y mortalidad por todas las causas.
Y es que la mayoría de los alimentos contienen poca vitamina D y las plantas son fuentes muy pobres -la principal es el sol. pero, debido a que los tomates son naturalmente un precursor clave de esta vitamina, dos grupos pensaron que algunos ajustes, gracias a la tecnología CRISPR, podrían convertirlos en una fuente inesperada.
El estudio
Así lo demuestra un estudio publicado en la revista “Nature Plants”, un equipo dirigido por Cathie Martin, ingeniera metabólica de plantas en el Centro John Innes, según el cual, la eliminación de un solo gen creó tomates que podrían proporcionar cada uno el 20% de la cantidad diaria recomendada de vitamina D en el Reino Unido.
Normalmente, los tomates -y otras plantas de su familia, las Solanacea- producen un precursor llamado provitamina D3 pero después lo convierten en otros compuestos usando enzimas codificadas por dos genes, llamados 7-DR1 y 7-DR2. Los investigadores sospecharon que anular o incapacitar cualquiera de estos genes haría que la planta acumulara provitamina D3, que cuando se expone a la luz solar se transforma en un segundo precursor, la previtamina D3, que las personas sí pueden usar. “Esto parecía una oportunidad real”, asegura Martin.
El equipo de Martin decidió eliminar el 7-DR2, que ayuda a la planta a sintetizar compuestos que las plantas usan para lidiar con el estrés de las plagas y los microbios. Gracias al 7-DR1 intacto, las plantas modificadas crecieron normalmente. Y cada tomate maduro en rodajas, después de la exposición a la luz solar, debería ofrecer tanta previtamina D3 como dos huevos medianos.
El contenido se puede aumentar cortando primero el tomate, según vieron los investigadores, y probablemente incluso más secándolo al sol. Las hojas y los tallos de las plantas fortificadas también podrían ser útiles, señala la investigadora, porque podrían usarse para fabricar suplementos de esta vitamina.
Otro indicio
De la misma forma, otro trabajo, de fines de marzo, dirigido por el genetista de plantas Sunghwa Choe de la Universidad Nacional de Seúl, informó que al eliminar un gen relacionado, pudo producir tomates con niveles aún más altos de un precursor de vitamina D.
El grupo de Choe eliminó el otro gen, 7-DR1, involucrado en la producción de hormonas de crecimiento. En el preprint, publicado en “Research Square”, los investigadores estiman que un tomate modificado puede contener hasta 100 microgramos de provitamina D3, más de lo que se ve en los experimentos de Martin, después de un mes de almacenamiento en liofilización así como que la molécula es bastante estable en la fruta.
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