Opinión

Hacia un gobierno mundial en salud

Cada semana nos llega algún nuevo mensaje en favor de una gobernanza mundial en materia de Salud. El último, Emmanuel Macron, llamando a delegar en la Organización Mundial de la Salud (OMS) nuestra soberanía sanitaria. Antes hubo otras manifestaciones en ese mismo sentido en Estados Unidos, Canadá y Australia.

El argumento esgrimido es que la Covid-19 ha sido una pandemia global y que, dado el actual estilo de vida, cada vez vamos a tener más enfermedades que surgirán simultáneamente en todo el mundo.

Ya ocurre con la viruela del mono, y se teme que pase igual a futuro con una variante de la gripe aviar. De ahí que diferentes estados postulen esa gobernanza, que coordinará y dictará toda la normativa a cumplir en materia de mascarillas, vacunas, restricciones de viaje, confinamientos y vigilancia digital.

Paralelamente también ha surgido un movimiento de colegiados médicos que critica ese proyecto por considerar que la gestión de la pandemia por parte de la OMS fue errática, además de entender que se trata de una organización de carácter político no elegida por nadie y en donde tienen gran peso Estados Unidos, Europa y organizaciones como las Alianza GAVI, de Bill y Melinda Gates.