Opinión
Sanidad cierra el curso con dos logros y trabajo pendiente
Donde no termina de rematar los desajustes este departamento es en el área farmacéutica y en materia de covid
El Ministerio de Sanidad enfila los últimos días de curso con dos grandes logros en su haber y una balumba de asuntos pendientes a los que ha de dar solución a la vuelta del verano. En el haber del departamento que dirige Carolina Darias figuran las guías de la mal llamada prescripción enfermera, una reivindicación histórica de este colectivo profesional, y el nuevo decreto de especialidades, norma reclamada por el sector desde tiempos inmemoriales y que, sin embargo, no había visto aún la luz porque todos los gobiernos habían temido hasta ahora levantar ampollas. Ambas iniciativas suponen un reconocimiento tácito del papel que juega la enfermería en el Sistema Nacional de Salud y la reordenación por áreas profesionales de los especialistas médicos.
La coronación de este último decreto debería llegar, por ejemplo, con el reconocimiento de varias áreas de capacitación y, sobre todo, de las especialidades de enfermedades infecciosas, y de medicina de urgencias y emergencias. Los agentes que llevan años reclamándolo confían en que Sanidad remate pronto la operación, aunque mantienen los recelos ante la abundante presencia de miembros de una sociedad científica contraria a la creación de urgencias entre los cargos intermedios del Ministerio. Sanidad tendrá la última palabra.
Donde no termina de rematar los desajustes este departamento es en el área farmacéutica y en materia de covid. Esta semana, Farmaindustria ha vuelto a denunciar el retraso medio de 517 días en la llegada de nuevos medicamentos a España. Una auténtica vergüenza que no tiene justificación alguna, salvo la económica. Con respecto a la pandemia, Sanidad sigue sin aclarar a qué hay que atribuir el disparatado exceso de mortalidad que destapa el Instituto Carlos III. Ya es hora de que lo haga.
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