Neurofitness

«Dormir poco, el estrés y las prisas son malísimos para la salud del cerebro»

Entrevista a Catalina Hoffmann, terapeuta ocupacional, especialista en estimulación cognitiva y autora de «Neurofitness»

Catalina Hoffmann
Catalina HoffmannIván HidalgoIván Hidalgo

Lleva más de 20 años revolucionando el concepto del cuidado del cerebro, esa pieza angular de nuestro organismo que, aunque no se ve, resulta clave.

¿El cerebro es el órgano más importante?

No sé si es el más importante, pero desde luego es crucial. Lo que ocurre en él afecta al resto del organismo, tanto para bien como para mal, e influye en nuestra capacidad para poder emplear el resto del cuerpo.

¿Qué puede hacer por nuestra salud?

Mucho, porque lo que ocurre a nivel neuronal y neuroquímico repercute en el resto del organismo. Cuidar la salud física, emocional y neuronal puede reducir el riesgo de desarrollar algunas enfermedades.

¿Lo cuidamos bien o está infravalorado?

Por desgracia, el cuidado del cerebro es algo con lo que no estamos concienciados. Nuestra preocupación por la salud cerebral suele aparecer cuando ya empezamos a notar problemas de memoria o concentración, pero no nos damos cuenta de que debe ser algo constante y prioritario.

¿Qué es lo más dañino que le hacemos?

Por desgracia, cada vez tenemos más hábitos que dañan nuestro cerebro. El estrés, las prisas, dormir poco y mal son malísimos para el cerebro. Tampoco ayuda usar continuamente las pantallas o recurrir a la tecnología para resolver problemas que podríamos solucionar con nuestro cerebro. Pero, si soy sincera, creo que lo más dañino que hacemos es olvidarnos de que el cerebro está ahí y necesita ser atendido. De la misma forma que cuidamos lo que comemos y hacemos ejercicio, también debemos introducir el cuidado del cerebro en nuestra rutina, pero como un cerebro en forma no se ve, nos olvidamos.

¿Lo envejecemos de forma prematura?

Sin duda. Aunque más que envejecer el cerebro yo diría que lo que estamos haciendo es darle permiso para ser viejo. El cerebro tiene la capacidad de mantenerse joven siempre, pero a partir de los 30 años necesita que pongamos de nuestra parte para ello, porque si no tiende a un envejecimiento que no es más que una fase de cierta comodidad y letargo, en la que se limita a repetir lo ya aprendido, como un automatismo. Afortunadamente, eso es evitable y corregible.

Usted propone el neurofitness. ¿Qué es?

Una disciplina que abarca muchos aspectos. Por un lado está el autoconocimiento, que es conocer cómo somos y por qué somos así y cómo funcionamos. Por otro lado están los hábitos como la alimentación, el descanso, el ejercicio, la hidratación y la respiración, que contribuyen a una mejor salud cerebral. Y, por último, están los ejercicios de neurofitness, que ayudan a estimular y activar distintas áreas cerebrales y mejorar a nivel cognitivo. Estos ejercicios nos permiten, también, trabajar a un nivel más profundo y aprender a identificar y gestionar mejor cosas como los pensamientos negativos o las emociones.

¿Está en nuestra mano tener un cerebro más joven y sano?

Totalmente. Salvo que una persona sufra una patología, es posible tener el cerebro al 100% hasta el último día, pero para eso hace falta dedicación y constancia. Basta con empezar a cuidar más el descanso y la hidratación, salir a pasear y dedicar 15 minutos diarios a hacer alguna actividad que suponga un esfuerzo para el cerebro, como leer en un idioma que no dominamos del todo, hacer algo diario de forma distinta o practicar alguno de los ejercicios que comparto en mis redes.

¿Cualquier persona puede hacerlo?

Sí. No hay una edad máxima porque el cerebro jamás pierde la capacidad de aprender. Y tampoco una mínima como tal. El efecto del neurofitness en los niños es aún más sorprendente y es espectacular lo que se puede lograr cuando ese buen hábito se tiene durante toda la vida.