Psicología
Cuando la salud mental es lo primero: los límites y barreras que debes imponer para preservar tu mente
Los profesionales de la salud dan mucha importancia a cuidar de nosotros mismos tanto física como mentalmente
Establecer límites es primordial para preservar nuestra salud física y mental. Es importante que nos conozcamos a nosotros mismos y cuidar nuestra forma y estilo de vida, de tal manera que debemos tener en cuenta la necesidad de imponer barreras saludables, ya sea en el trabajo, con los amigos o con la pareja.
Los profesionales de la salud mental dan mucho importancia a ponernos a nosotros mismos en primer lugar para poder lidiar con los problemas que nos plantee la vida. Así, cuidar nuestro cuerpo, pero sobre todo, nuestra mente, es la base para construir relaciones sanas y ayudarnos al mismo tiempo, así como evitar trastornos alimenticios, psicológicos y derivados. A continuación, hablamos de cinco límites que debemos poner para conseguirlo:
Límites emocionales
Los límites emocionales hacen referencia a los sentimientos de una persona. Estos son necesarios para mantener una buena salud mental y sentimental, y debemos conocer, que por más extremos que parezcan, no se trata de una elección egoísta.
Las personas procesamos nuestros sentimientos en formas muy diferentes, y es un aspecto a tener en cuenta ya que cada ser humano tiene una forma de entender las cosas, así como una recepción e impacto diferente a cada problema. La mejor forma de poner límites emocionales es diciendo tus necesidades, sea el momento que sea y sobre todo, de forma clara y concisa, para evitar confusiones.
Entre otros, es decir “no” cuando sentimos que debe ser “no”; es no dejarse llevar por las emociones o decisiones de los demás aunque queramos evitar un conflicto o terminar con una relación que no nos hace bien.
Límites mentales
De la mano de los límites emocionales, los límites mentales se refieren a un rasgo de personalidad que nos impide o nos permite sentirnos seguros sobre lo que analizamos. Marcar barreras mentales provocará que el resto de las personas acepten de mejor manera tu singularidad y opiniones, sin llegar a recibir un juicio por su parte.
Nuestra intimidad, sentimientos o decisiones están involucrados, de tal forma que establecer límites claros es un facto para procurar el cuidado del bienestar mental.
Límites en la relaciones
Como personas, somos seres sociales que necesitamos estar rodeados de gente. Pero, a veces, en base a la personalidad de cada ser humano, es difícil lidiar con el resto del mundo o, peor, no saber poner límites a cómo te tratan los demás.
Cuando existe una vínculo con alguna persona es muy complicado poner un freno a todo aquello que estanca a nuestra salud mental. Por miedo a perder a los demás, por sentir esa “necesidad” de estar rodeado de gente o simplemente por baja autoestima o falta de amor propio, a veces dejamos que crucen esas líneas rojas que deben ser inquebrantables.
La comunicación es esencial para poner esta barrera, y nuevamente, es necesario aclarar que el sentimiento de egoísmo debemos hacerlo desaparecer a la hora de poner los límites en las relaciones.
Límites de tiempo
Con el paso de los años, el tiempo cada vez disminuye. Responsabilidades como el trabajo, los estudios o la necesidad de conectar con uno mismo hace que a veces sea imposible coincidir con el tiempo de los demás. No obstante, tu tiempo es tu tiempo, debe ser respetado y, al igual que robarte horas a ti mismo para brindárselo a amigos, conocidos o familiares puede ser una buena opción para desconectar, a veces también puede frustrarte o agotarte mentalmente o no escuchar la necesidad de conectar con uno mismo.
Una vez que establezcas límites y comprendas la importancia de tu tiempo, podrás poner la barrera al resto de la gente.
Límites en la comunicación
Parece básico, pero a veces, en momento de tensión con otras personas, es inevitable gritar, actuar de forma agresiva o que actúen contra la integridad física. Establecer límites físicos y en la comunicación es esencial no solo como espacio personal, sino también de todos los lugares que son de nuestra pertenencia.
La mejor recomendación es detener la exaltación de tu voz, gestos, palabras, miradas o lenguaje corporal que sientas que pueden ser nocivos, así como pedir que no actúen de esa forma tan perjudicial contra ti. Ante todo, es señalar cuando parece que se cruza el límite sin perder el control de la comunicación, el aspecto más importante de nuestra vida.
✕
Accede a tu cuenta para comentar