Alimentación
¿Ser impulsivo hace más difícil seguir una dieta sana?
Una investigación española confirma que las personas con este rasgo de la personalidad tienen tendencia a seguir patrones nutricionales menos saludable
Las personas con elevada impulsividad presentan más dificultades para seguir patrones dietéticos saludables y más facilidad para comer de manera menos sana, según un estudio publicado en la revista “International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity”.
El trabajo, el primero de estas características, según los investigadores, ha sido realizado por el Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (Ciberobn), dependiente del Instituto de Salud Carlos III, la Unidad de Nutrición Humana de la Universidad Rovira i Virgili (URV) y el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV).
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores hicieron un estudio observacional con más de 460 voluntarios de cuatro centros de investigación españoles a los que hicieron un seguimiento de tres años para analizar las asociaciones existentes entre el rasgo de personalidad impulsivo de las personas y la adherencia a distintos patrones dietéticos saludables o no saludables.
Peor planificación
La evaluación de la impulsividad la midieron al inicio del estudio mediante un cuestionario que evalúa el rasgo de personalidad impulsivo y también analizaron la adherencia a ocho patrones dietéticos saludables (orientados a la reducción del riesgo cardiovascular, hipertensión, colesterol, declive cognitivo y ser sostenibles con el planeta), así como a dos no saludables.
Los resultados pusieron de manifiesto que las personas más impulsivas, las que muestran una gran urgencia por responder rápidamente a sus emociones y una peor planificación, tienden a tener más dificultad para adherirse a patrones dietéticos más sanos orientados a reducir el riesgo cardiovascular, colesterol e hipertensión. Estos contienen menos carne roja y procesada, y menos hidratos de carbono refinados, alimentos que para las personas más impulsivas son más difícil de restringir, ya que usualmente son valorados como más deseables, poniendo de manifiesto su urgencia por ingerirlos, según el estudio.
La urgencia por ingerirlos, juntamente con su carencia para planificar otras opciones más saludables, es probable que también haga que las personas con mayor impulsividad se adhieran mejor a patrones dietéticos poco saludables, según los investigadores, liderados por Carlos Gómez-Martínez.
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