Dietas

Estos son los peligros del abuso de los edulcorantes según la Ciencia

Nuevas evidencias científicas advierten de las complicaciones que ocasiona el consumo abusivo de endulzantes artificiales

La ingesta excesiva de las alternativas al azúcar aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular
La ingesta excesiva de las alternativas al azúcar aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascularDreamstimeDreamstime

El cuerpo necesita glucosa. Sí, pero el consumo de azúcar refinado cada vez tiene menos adeptos, pues la Ciencia ha demostrado que cuanto mayor es su ingesta, más se incrementa el riesgo del síndrome metabólico, íntimamente ligado con la obesidad o la diabetes.

Bajo ese paraguas, hace años que los edulcorantes artificiales han ido ganando terreno en la despensa de los españoles, aunque lo cierto es que tampoco se trata de una alternativa libre de peligros. De hecho, nuevas evidencias científicas arrojan más sombras que luces sobre su empleo, sobre todo cuando se hace de una forma abusiva. En concreto, hace apenas unos días, un gran estudio publicado en la prestigiosa revista «British Medical Journal» (BMJ), realizado entre adultos franceses, sugiere una asociación directa entre un mayor consumo de edulcorantes artificiales (especialmente el aspartamo, el acesulfamo de potasio y la sucralosa) y un incremento del riesgo de enfermedades cerebrovasculares y coronarias.

«Es la primera vez que se ha evaluado esta relación en un trabajo tan amplio, con más de cien mil personas de forma prospectiva. Me parece muy adecuado analizar esta relación, porque existen multitud de productos preparados que llevan edulcorantes y que son comercializados como ‘’healthy”», advierte Rosa Fernández, presidenta electa de la Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Esta idea también la avala Clara Joaquim, miembro del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), quien insiste en que «los hallazgos indican que estos aditivos alimentarios no deben considerarse una alternativa saludable y segura al azúcar por los potenciales efectos negativos sobre la salud».

Esta nueva evidencia científica es una gota más que se suma al vaso de las sombras que planean sobre los edulcorantes. «Su consumo siempre ha sido muy controvertido, porque en otros estudios habían demostrado ser perjudiciales con la salud cardiovascular. Parece que su ingesta abundante puede actuar como proinflamatorio, afectando a la microbiota y dando lugar a disfunción endotelial. Además, también tiene repercusión en el peso y en la presión arterial», aclara Fernández.

De hecho, hace apenas un mes, un estudio publicado en la revista científica «Cell» apuntó a que la sacarina y otros edulcorantes no nutritivos, como la sucralosa, pueden alterar el equilibrio de microorganismos gastrointestinales y, con ello, afectar a la tolerancia a la glucosa en adultos sanos. El reciente aval científico no acaba ahí, ya que un trabajo francés publicado en «PLOS Medicine» sugirió en marzo que algunos edulcorantes artificiales están asociados con un mayor riesgo de cáncer.

Personas con diabetes

Actualmente se suelen recomendar los edulcorantes en las persones con diabetes u obesidad. «No obstante, esto no quiere decir que puedan consumir edulcorantes libremente, ya que algunos de estos pueden afectar a los valores de glucosa. Para el paciente diabético, no es lo mismo la fructosa, que la stevia, la sucralosa o el sorbitol, ya que cada uno tiene características diferentes. Por ello es importante fijarnos en las etiquetas», aconseja Joaquim, quien también recuerda que «el aspartamo, un edulcorante que contiene fenilalanina, tiene un aminoácido que puede ser letal para las personas que padecen una enfermedad rara hereditaria llamada fenilcetonuria».

Por todo ello, los expertos son tajantes: «La recomendación es leer las etiquetas y no abusar de productos perjudiciales para la salud cardiovascular, como son este tipo de edulcorantes», aconseja Fernández. Y así lo ratifica Joaquim, quien añade que «en general, se recomienda reducir al máximo la ingesta de azúcares, pero al mismo tiempo, no abusar de los edulcorantes. Se debe evitar el consumo de alimentos ultraprocesados, que habitualmente son ricos en ambos compuestos».